julio 12, 2012

JUGUEMOS CON LOS IMPUESTOS

La implementación de cualquier política pública requiere del conocimiento por parte del gobierno, la sociedad civil, y otros actores, de los impactos potenciales generados por los cambios propuestos. La microsimulación ex ante –y la evaluación de impacto ex post— permiten afinar los mecanismos en el tiempo para el logro de “buenas políticas”. En el caso de la política fiscal, la microsimulación ex ante emerge como una herramienta relevante para la toma de decisiones respecto a reformas fiscales pro-pobre y equitativas. En la práctica, esta herramienta ha permitido elaborar algunas aplicaciones de política pública respecto a temas centrales en las agendas fiscales de la región respondiendo a preguntas como las formuladas antes en este blog.

¿Cómo el ingreso de los hogares se ve afectado por la percepción de prestaciones sociales y cambios en el pago de impuestos ante distintos escenarios de reforma fiscal? ¿Cuál es el impacto sobre la pobreza y la desigualdad? Para responder a estas preguntas, es posible analizar el efecto de escenarios fiscales alternativos en cinco países de la región: Brasil, Chile, Guatemala, México y Uruguay, como un ejercicio para mostrar los potenciales efectos que tendrían algunas reformas alternativas.


En Brasil, por ejemplo, de aumentarse el monto de la transferencia en efectivo del programa Bolsa Familia el resultado sugiere que la pobreza y la desigualdad reducirían, pero tal reducción sería considerablemente afectada por el pago de impuestos indirectos –o al consumo— por parte de los hogares ubicados en la parte baja de la distribución de ingresos. Es decir, la estructura impositiva ante este escenario parece ser regresiva, lo que sugiere que la reforma potencial podría enfocarse en un cambio de tal estructura.

En Chile, por su parte, si se considerara una reforma fiscal que reduzca el impuesto al valor agregado (IVA) en un punto porcentual, con un aumento progresivo del impuesto sobre la renta de las personas, el resultado apuntaría a que el sistema fiscal no sería suficiente como política redistributiva, ya que la estructura de la distribución del ingreso inicial permanece sin cambios importantes. Sin embargo, la nueva estructura tributaria generaría los fondos para financiar el gasto social, aspecto que puede ser muy eficaz en términos redistributivos. Al comparar el escenario base y el simulado en este país, resulta que la reducción del IVA mejoraría ligeramente la distribución del ingreso: el coeficiente de Gini caería de 0.59 a 0.58. También se encuentra un efecto sobre la incidencia de pobreza: dado que la totalidad de los bienes y servicios incluidos en la canasta básica de alimentos están sujetos al IVA, la reducción de este impuesto, por lo tanto, significa que el costo de la canasta caería, lo que a su vez reduciría el valor de la línea de pobreza, y la incidencia del problema pasaría de 15.1% a 14.8%.

En Guatemala, país caracterizado por una carga tributaria muy baja, se han producido numerosos debates políticos sobre la mejor manera de aumentar los ingresos del gobierno, necesarios para los programas sociales e inversión pública. ¿Es el actual sistema tributario progresivo? El análisis de incidencia mostraría, a priori, que el sistema de impuestos directos en Guatemala es muy regresivo. Esto es así porque los individuos más pobres contribuyen a la recaudación de impuestos (y al pago de contribuciones de seguridad social) casi en la misma proporción –de su ingreso— que los individuos más ricos. Por el lado de los impuestos indirectos, el IVA resulta también muy regresivo, con los hogares más pobres pagando el 3.21% de los ingresos totales de IVA, pese a que sus ingresos sólo representan el 1.32% del total. Los responsables políticos en el país opinan que el sistema tributario actual requiere una reforma integral que eleve los ingresos tributarios. El análisis de simulación apuntaría a que sí, aunque también sugiere que la reforma debe ser diseñada teniendo en cuenta sus impactos sobre el bienestar social.


En el caso de México, el país ostenta un nivel de ingreso per cápita casi cuatro veces mayor que el de Guatemala, pero con una carga impositiva similar a la de este país. Un ejercicio de simulación podría enfocarse a analizar los posibles resultados de cambios tanto en el impuesto sobre la renta (digamos, un aumento de 2%), como en el impuesto al consumo (por ejemplo, un aumento de 1%), dejando exento del pago de impuestos a los alimentos, las medicinas y la educación. Para observar los impactos, podrían estimarse tres índices utilizando el ingreso de los hogares antes y después de la reforma: el índice de Gini (para observar cambios en desigualdad), el índice de Reynolds-Smolensky, que cuantifica los efectos redistributivos, y el índice de Kakwani, que mide la progresividad de cada régimen fiscal. En el primer caso, el Gini anterior a la reforma señalada sería de 0.6522, mientras que el posterior de 0.6517, lo que sugiere un beneficio marginal. Por otro lado, el índice de Reynolds-Smolensky pasaría de 0.0133 a 0.0140, lo que apunta a un sistema fiscal redistributivo un poco mejor después de la reforma, mientras que el índice de Kakwani pasaría de 0.1412 a 0.1438, confirmando los efectos marginales de la progresividad de la reforma fiscal. Resultados como estos sugieren que gravar los impuestos al ingreso tendría resultados progresivos. Aun cuando impuestos como el IVA son aumentados (ante la necesidad de recaudar más fondos), la regresividad que esto genera se vería mermada por la progresividad lograda al aumentar los impuestos directos.


Finalmente, en Uruguay podrían explorarse dos escenarios: 1) reducción de la tasa de IVA del 22% al 20%; y 2) establecimiento de tasa cero de IVA para una canasta de consumo compuesta por bienes intensamente consumidos por los hogares más pobres. El análisis sugeriría que el primer escenario sigue teniendo un impacto regresivo, sin embargo, aunque los cambios son muy pequeños, la segunda alternativa sugiere un efecto redistributivo neto con respecto a la línea de base (el Gini caería de 0.530 a 0.528). En cuanto a los impuestos directos, si se considera un aumento en el límite superior del umbral libre de impuestos para el componente laboral del impuesto sobre la renta, entre 80 y 100 BPC (Base de Prestaciones y Contribuciones), los resultados apuntarían a que es muy difícil lograr disminuciones importantes en la desigualdad (el índice de Gini no cambiaría) debido a que el propio diseño de este componente del impuesto ya es progresivo.

En general, estos ejercicios apuntarían a que una mayor progresividad se lograría mediante la combinación de reducciones en el IVA y aumentos en el impuesto sobre la renta (como ocurre con los escenarios simulados en Chile y, en cierta forma, en México). La evaluación ex ante de políticas distributivas, desde lo fiscal, ha sido objetivo central de la agenda de PNUD bajo su estrategia “Fiscalidad para el Desarrollo Incluyente (FDI)”. Este proyecto ha generado cinco herramientas de microsimulación que contribuyen a los debates nacionales sobre las reformas de política fiscal y social en los países citados.
Blog Humanum

julio 11, 2012

CLASE MEDIA Y EJECUCIÓN DE LOS PROGRAMAS DE GOBIERNO

En los Estados Unidos, la alternancia en el poder de los partidos Demócrata y Republicano -con bases, intereses y programas de desarrollo diferentes- ha sido uno de los pilares de su progreso y de tener una sociedad con una clase media ancha. Una vez en el poder, los Demócratas o los Republicanos, han generalmente defendido los intereses de los grupos que los respaldaban.

De esta forma, en unos años se beneficiaban unos grupos y en otros períodos, otros, construyéndose una sociedad con una clase media amplia y balanceada. En el Perú esto no sucede así. Desde 1990, la mayoría de gobernantes elegidos democráticamente han ganado las elecciones respaldados por grupos de interés que luego no han visto ejecutados o respaldados sus intereses.

El programa con el que salió elegido Alberto Fujimori proponía reducir la inflación en forma gradual con el menor costo social y productivo posible. Una vez en el poder, sin embargo, el Presidente Fujimori aplicó un programa de shock que disminuyó el empleo, afectó los niveles de vida e ingreso y entregó la economía a los fundamentalismos del autoritarismo y del mercado.

Los gobiernos del Presidente Toledo en el 2001, como el del Presidente García en el 2006, surgieron con el respaldo de los votos de la clase media y popular, proponiendo un crecimiento con rostro humano y en favor de las mayorías. Una vez en el poder sin embargo, aunque en diferente estilo, ambos gobiernos llegan a ser capturados por los intereses que habían predominado en el país durante los diez años anteriores. El Presidente Humala, el día de hoy, triunfa con el respaldo de las izquierdas y movimientos regionales pero en apenas pocos meses deja atrás la “gran transformación” y “la hoja de ruta” y se alinea con los mismos grupos empresariales que manejan el país hace 22 años. ¿Qué hace que en nuestra democracia los gobiernos elegidos con respaldo de las clases medias y populares, cambien sus programas y apoyen con mayor énfasis los intereses de los mismos grupos que manejan el país hace más de 20 años? ¿Qué consecuencias trae esto en el país?

La primera respuesta es la falta de tolerancia. Hay sectores que no les interesa sino solo su bienestar individual sin importarle el resto de la sociedad. No pueden tolerar la aplicación de programas e ideas que los puedan afectar. No llegan a ver que para construir nación, otros también deben prosperar e integrarse a la vida nacional y que las políticas públicas son justamente el instrumento para lograr esos balances.

De otro lado, los gobernantes elegidos en el fondo carecen de la convicción y visión que han predicado y son rápidamente convencidos que es muy difícil cambiar las cosas y luchar contra la corriente de los grupos de poder económico, los cuáles pueden desestabilizar gobiernos y hacer la vida imposible, siendo lo más sencillo y menos riesgoso alinearse con sus intereses.

La consecuencia de esta práctica política de los últimos 20 años es que al no haber verdadera alternancia en el poder que defienda intereses opuestos y diferentes, la sociedad crece mucho más descontenta, desigual y explosiva. Se tiene que esperar la aparición de movimientos radicales o extremos o una verdadera revolución para voltear la tortilla en favor de los grupos que no se benefician de las políticas.

Si el Perú desea ser un país estable con una clase media grande y fuerte debe aprender como los Estados Unidos, en donde dos partidos con intereses y grupos de base diferentes se alternan en el poder, cada uno ejecutando lealmente los programas que favorecen a sus gentes. Si bien en el corto plazo, unos ganan en un periodo y pierden en otro, la sociedad como un todo, en una mirada histórica, crece más pareja e incluyente.
Otra Mirada

julio 10, 2012

A QUIÉN LE IMPORTA LA DESIGUALDAD

En los últimos años parece haberse instalado una cierta noción de que América Latina y el Caribe pasan por un momento relativamente bueno, entre otras cosas porque, a pesar de que sigue siendo la región con mayor desigualdad en ingreso del mundo, ha logrado disminuir esta desigualdad de manera significativa.
El análisis reciente de J. P. Azevedo y otros muestra que casi la mitad de esta disminución está asociada a cambios en el ingreso laboral, y específicamente a incrementos en el ingreso laboral por hora trabajada de la población con menores ingresos. Otros factores asociados a esa disminución en la desigualdad, y que quizá se esperaba fueran mucho más importantes, parecen no haberlo sido tanto, como es el caso de las transferencias de ingreso, las pensiones o la dinámica demográfica.(1).

Al describir las posibles causas de la disminución en la desigualdad en la región, dicho análisis retoma a otros para sugerir factores tan diversos como un mercado laboral más fuerte con mayores salarios para los trabajadores no calificados, mercados internacionales favorables por sus altos precios en productos básicos, políticas fiscales progresivas e incluso acciones gubernamentales que han afectado directamente al mercado laboral mediante el aumento de salarios mínimos y pensiones. Es decir, una combinación de mercado y acción pública influyendo en medidas distintas de un lugar a otro.

Esta información tiene sin duda un gran valor en sí misma, pero es importante también porque da pie a otras preguntas un poco más difíciles de responder. Una de ellas tiene qué ver con la centralidad que tiene (o no) el combate a la desigualdad en la política pública de la región. Y es que al observar la evidencia antes descrita, no podemos saber en qué medida la reducción de la desigualdad que han experimentado diversos países latinoamericanos durante la última década es producto de un esfuerzo consciente contra la desigualdad per se. Lo que hoy se sabe simplemente es que ella ha disminuido y que de acuerdo al discurso más deseable y aceptado, eso es mejor que lo contrario. ¿Será entonces que la búsqueda de una mayor igualdad ha empezado a instalarse en nuestras sociedades, y particularmente entre los tomadores de decisiones de la región? ¿Será que de verdad a alguien le preocupa la desigualdad? ¿Será que a alguien le importa?

Las respuestas a estas preguntas no son obvias, pero uno debería detenerse a pensar en ellas cada vez que escuche a alguien sugiriendo que la desigualdad no importa. En cuanto a la disminución de la desigualdad en América Latina, lo más probable es que ella provenga de una combinación de factores puntuales, tendencias de largo plazo, negociaciones de actores afectados, algunos accidentes, y quizá sí, también en cierta medida del esfuerzo consciente de algunos; en otras palabras, es probable que provenga del inasible caos al que cada quien trata de entender a través de la visión del desarrollo que más le satisface. En cualquier caso vale la pena preguntarse si existe en la región una preocupación por la desigualdad, si no por una cuestión de principio, cuando menos porque aquí y allá se ha instalado la noción de que más desigualdad puede implicar cosas tan diversas como menor crecimiento económico, mayor polarización social, o mayor discriminación, todos estos fenómenos que a su vez pueden reforzar la propia desigualdad.

¿Qué dice la información pública reciente sobre esto? El Barómetro de las Américas en su edición 2010, con información recogida en 26 países de América Latina y el Caribe, tiene dos preguntas que proveen algunas pistas. Cuando se les preguntó a los entrevistados cuál era el problema más grave que enfrentaba su país en aquél momento, apenas un 1.5% mencionó de manera espontánea a la desigualdad, porcentaje muy lejano de otros problemas mencionados también espontáneamente como el crimen o la delincuencia (19%), el desempleo o la falta de empleo (17%) y los problemas con, o crisis de la economía (15%). Pero cuando se les preguntó qué tan de acuerdo estaban con la noción de que su Estado o país debe implementar políticas firmes para reducir la desigualdad de ingresos entre ricos y pobres, el 44.5% respondió estar “muy de acuerdo”.

Quizá la desigualdad sí le importa a mucha gente. Quizá es sólo que normalmente no estamos conscientes de que existe en distintos ámbitos de nuestra vida, y se nos vuelve una preocupación cuando de algún modo la enfrentamos en alguna de sus expresiones más visibles. Si esto es así, algo debería cambiar, la desigualdad en sus distintas dimensiones sociales debería ser una constante en la discusión pública de América Latina y el Caribe, particularmente en el ámbito que afecta más directamente a la acción gubernamental. Desde la perspectiva del desarrollo humano, esta discusión debería girar en torno a la desigualdad de capacidades básicas, noción que va mucho más allá de la desigualdad de ingresos y que la hace mucho más útil, pero también más compleja. Además, precisamente debido a esta utilidad y complejidad, la discusión debería alejarse de la obsesión con la métrica perfecta y evitar a toda costa que ésta se transforme en un fin en sí mismo. Finalmente, se trata de una discusión que debería sostenerse con la certeza de que jamás podrá ser una discusión sencilla pues su naturaleza es inevitablemente moral. Con todo, y dada las desigualdades prevalecientes en la región, se trata de una discusión que deberá seguir siendo simplemente ineludible.
Por Alfredo Gozáles Reyes
Blog Humanum

julio 09, 2012

GRL PRIORIZAN ATENCIÓN A NIÑOS Y MADRES GESTANTES: REFORZARÁN CENTROS DE SALUD Y DE ESTIMULACIÓN

Con más de 5 millones de soles inician despliegue de lucha contra la desnutrición. Orientado a disminuir los índices de desnutrición crónica de la región Lambayeque, y con el compromiso asumido por funcionarios del Gobierno Regional de Lambayeque, a través de la Gerencia de Desarrollo Social, alcaldes y pobladores de los distritos de Salas, Mórrope, Incahuasi y Cañaris se inició a mediados de junio la ejecución del Proyecto “Mejoramiento de los Servicios de Promoción y Prevención Integral de la Madre - Niño”. Mejor aún, se busca superar la oferta actual con que cuentan los establecimientos de salud de estos distritos, que resulta ser inadecuada en cuanto a calidad y cantidad para asegurar un adecuado cuidado de la salud, nutrición y estimulación del grupo poblacional sobre el que gira el proyecto.
Para lograr este propósito, el proyecto tendrá una intervención multisectorial y territorial, contempla acciones para mejorar el acceso a los servicios de salud, promover servicios educativos para la estimulación del infante a través de los Centros Comunales de Estimulación, fomentará actividades productivas para complementar la dieta alimentaria, promoverá con el liderazgo de los gobiernos locales en coordinación con las entidades públicas y privadas, organizaciones de base de concertación para la lucha contra la desnutrición infantil y vigilancia del crecimiento y desarrollo, entre las principales actividades. Martha Ynami Viscaya, responsable del Equipo Técnico de la Gerencia Regional de Programas Sociales, precisó que valorado en 5 millones 501 mil 777 nuevos soles, el proyecto permitirá disminuir la desnutrición crónica y mejorar los servicios de Promoción y Prevención en Salud, Nutrición y Estimulación que beneficiará a niños menores de 3 años y gestantes, cuyos índices son sumamente elevados.

La importancia del mismo radica en invertir en la primera infancia desde la gestación, pues es en esta etapa de la vida donde para las personas se presentan las mejores oportunidades para desarrollar su potencial al máximo, resultando que los esfuerzos para recuperar oportunidades perdidas son costosos, difíciles, con resultados limitados por la multicausalidad del problema. De allí que el enfoque a priorizar por el equipo de profesionales a cargo del proyecto es desplegar un trabajo interinstitucional. Acorde a lo contemplado en el Plan de Desarrollo Regional Concertado de Lambayeque 2011 - 2021, una de las políticas regionales establece el acceso a la salud y nutrición equilibrada, y para ello requiere de tareas integrales y urgentes en la reducción de la prevalencia de desnutrición crónica, anemia y obesidad con prioridad en la población infantil de los sectores urbano periféricos y rurales en condiciones de pobreza y vulnerabilidad. “El proyecto de inversión pública, por cierto el primero solventado con recursos del Presupuesto Participativo, permitirá cumplir diversas acciones contempladas en 7 componentes, en asociación con los sectores de Salud, Educación y los gobiernos locales, permitiendo el desarrollo de competencias para que los pobladores de estas localidades puedan fortalecer prácticas que les permita salir de la desnutrición, no por un determinado tiempo, por el contrario, les sirva para el resto de sus vidas, previamente desarrollando sus competencias”, precisa Ynami Viscaya.

El proyecto de enfoque social apunta hacia estos cuatros distritos toda vez los indicadores de pobreza son sumamente elevados, pues, mientras a nivel de región se tiene registrado un 18% de población viviendo en condiciones de pobreza, ésta se concentra en un 56% en Incahuasi, 39% en Salas, 45% en Cañaris y 29% en Mórrope. Todos ellos por encima de los indicadores nacionales. Si bien el proyecto está integrado a través de 7 componentes, persigue primordialmente la consecución de 4 objetivos fundamentales: suficiente provisión de los servicios de Crecimiento y Desarrollo; inmunización y control de la gestación de calidad; familias con prácticas nutricionales y de cuidado de la gestante y del infante adecuados; y, comunidad con participación en la vigilancia de los programas preventivos promocionales del menor de 3 años y la madre gestante.


Acceso a alimentos nutrientes
En los 3 años que tendrá de duración el proyecto que monitorea la Gerencia Regional de Desarrollo Social, a cargo de Víctor Torres Anaya, buscará a toda cosa privilegiar el acceso de la población pobre a alimentos ricos en calorías, proteínas y micronutrientes, para posteriormente medir si efectivamente se alcanzó el propósito de reducir los niveles de desnutrición. “En la primera parte de la aplicación de este componente se fortalecerán las capacidades de los pobladores en cuanto a la crianza mejorada de cuyes, permitiendo no solo incrementar su producción para su consumo, sino también para su comercialización. Con este alimento, se apunta a disminuir la anemia a base del hierro y suplementos multi micronutrientes, conocidos como ‘Chispitas nutricionales’, que contienen zinc y vitamina A, lo que sin duda permitirá superar los niveles de desnutrición en los pobladores de estas localidades”, puntualiza la responsable del Equipo Técnico de la Gerencia Regional de Programas Sociales del Gobierno Regional de Lambayeque.

En este aspecto, el componente permitirá desarrollar una investigación para determinar el grado de eficacia y efectividad en la aplicación de las chispitas nutricionales para la mejora en las deficiencias de micronutrientes, hierro y disminución de la anemia nutricional en infantes de 6 a 35 meses.


Implementación de Centros de Salud
En estos cuatros distritos, serán atendidos 6 mil 719 niños y 2699 gestantes. Para cumplir este objetivo, con atención de calidad, la funcionaria afirma que los centros de salud de estas localidades serán fortalecidos, con equipamiento y fortalecimiento de capacidades del personal, aumentando así los servicios de salud infantil y materna disponibles en estas poblaciones dispersas geográficamente. “Si bien es cierto hay localidades que tienen próximo un establecimiento de salud, otras en cambio están mucho más distantes. Es así que se tiene proyectado fortalecer la oferta itinerante, trabajando articuladamente con la Gerencia Regional de Salud implementando los Centros de Salud, con equipos y todo el material necesario para que pueda darse un desplazamiento a las zonas donde la población no cuenta con la atención debida”, refiere Martha Ynami Viscaya.

Mientras la Gerencia de Salud fortalecerá en capacidades y competencias a su personal que labora en estos distritos, el proyecto permite –con el presupuesto asignado – dotar a los Centros de Salud en insumos como hemoglobinómetros, balanzas digitales para adulto (SOENLHER), infantómetro, tallímetro portátil, baterías CRED, estetoscopios pediátricos, balanzas reloj, tensiómetros, estetoscopios LITMAN y doplers. La funcionaria regional refiere que esta propuesta, iniciada en a mediados del mes de junio, pero diseñada desde el año 2009, permitirá disminuir el riesgo de muerte en los niños, pues la desnutrición inhibe su desarrollo cognitivo y emocional, y afecta su estado de salud y productividad en su vida adulta.

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Centros de Estimulación Según lo contemplado en las estrategias del proyecto, se tiene previsto incluso la instalación y funcionamiento de Centros de Estimulación psico afectiva del cuidado integral del niño y de la gestante. Según expresa Martha Ynami, esta acción consistirá – en estrecha coordinación con la Gerencia Regional de Educación – en la adecuación de espacios comunales para la realización de actividades de estimulación psico afectiva para los niños menores de 36 meses y las madres gestantes.

Para ello se plantea acciones de capacitación a las madres y padres a fin de realizar el efecto multiplicador de esta actividad en la comunidad. “Cada Centro de Estimulación estará a cargo de 2 promotores del desarrollo integral, capacitados para la materia, quienes brindarán el servicio en horarios adecuados para la población beneficiaria. La propuesta, según el proyecto, es considerar la implementación de hasta 5 Centros de Estimulación por distrito”, puntualiza Ynami Viscaya.

En estos Centros se realizará un abordaje multidimensional en el infante: intelectual, psicomotora, emocional y social, las cuales son interdependientes, lo que afecta o beneficia a una, afecta o benéfica a las demás. Estos Centros, según refiere la funcionaria, serán aprovechados para la capacitación a los padres y a la comunidad en general en nutrición, salud, cuidado estimulante, desarrollo del vínculo afectivo, e higiene, con un enfoque de derechos y crecimiento y desarrollo temprano.
Proyecto social intervendrá en 74 caseríos de Cañaris e Incahuasi, en 54 caseríos de Salas y 59 de Mórrope.
En el primer año de ejecución del proyecto, Gobierno Regional de Lambayeque destinará un millón 847 mil 962 soles del presupuesto para efectivizar las líneas de acción programadas.
Promotoras como Ana María Rodríguez Bernilla (Uyurpampa – Incahuasi) y Mary Huamán Calderón (Chilasque – Cañaris) apoyarán como facilitadores en la ejecución del proyecto.
Semanario Expresión