septiembre 07, 2012

EXCELENTE EN MACROECONOMÍA, PERO PÉSIMO EN LO SOCIAL

La mejora de seis posiciones alcanzada por el Perú en el ranking mundial de competitividad de este año parece una muy buena noticia para el país, pero no lo es tanto porque, en realidad, desnuda el severo problema de los últimos años de que los gobiernos peruanos solo se sacan sobresaliente en la asignatura de la política macroeconómica pero salen jalados en casi todo lo demás.

El Foro Económico Mundial difunde anualmente, a estas alturas del año, su Índice Global de Competitividad (IGC), el cual constituye una referencia internacional muy importante para el análisis sobre la evolución económica de una nación.

El que acaba de divulgar, correspondiente al período 2012-2013, concluye que, en una muestra de 144 países, el Perú ha pasado desde el puesto 66 a ubicarse en el 61. En principio, esto debiera ser un motivo de satisfacción por implicar una mejora en la competitividad, pero una mirada cuidadosa lleva a concluir que se trata de un registro que mejor sería tomarlo con pinzas.

El avance del Perú en este ranking, que está compuesto por la evaluación de doce factores llamados ‘pilares de competitividad’, se explica, fundamentalmente, por la notable mejora en solo uno de ellos: la estabilidad macroeconómica, en la que el país ha conseguido avanzar nada menos que 31 posiciones, pasando del puesto 52 al 21.

El hecho de que la política macroeconómica sea tan bien percibida es particularmente relevante cuando hay elevada incertidumbre en la economía internacional. Pero el entusiasmo empieza a diluirse cuando se revisa lo ocurrido con otros ‘pilares de competitividad’ y se identifica que se ha descendido cuatro de ellos:

  • Innovación (en el que se ha caído hasta el puesto 117 de los 144 países evaluados)
  • Instituciones (puesto 105),
  • Infraestructura (89) y 
  • Educación/Salud. ...En este último rubro el resultado del IGC es francamente desastroso pues si bien en salud se ha mejorado seis puestos en un año, se cayó tres en educación primaria, con lo cual se quedó en el puesto 138, a solo seis sitios del fondo de la tabla. Esto constituye una expresión del drama de una nación que se saca medallitas de buena conducta y caritas felices en la frente en macroeconomía, pero que es un mamarracho en lo social, una historia conocida y que ha marcado el derrotero de la trayectoria económica del Perú de las últimas dos décadas. Lo bueno en este contexto es que el gobierno actual tiene mucha voluntad de mejorar las condiciones sociales del país en rubros como educación y salud. Lo malo es que las ideas y los planes para lograrlo todavía son muy escasos.

AA ROODRICH