junio 15, 2012

EL GOBIERNO EN SU LABERINTO

El gobierno en su laberinto Entre viaje y viaje, el Presidente Humala apenas ha tenido tiempo para enterarse de las novedades. A su retorno de Chile, encontró varias: su bancada parlamentaria, a la que nunca le dio particular importancia, finalmente se rompió, mientras su Primer Ministro, siguiendo la moda de comunicarse con el país a través del tuits, arremetió contra los dirigentes que se oponen a ciertos proyectos mineros, llamándolos incendiarios.

En su trayecto a Europa tomó conocimiento de la posterior recomendación de su Premier de abandonar sus distintas ofertas electorales, desentendiéndose por lo tanto, de parte significativa del mandato que le diera el voto popular. Recomendación que corrige al Presidente quien acababa de asegurar que la Gran Transformación se haría, “les guste o no a los extremistas”. Mientras duran sus periplos, cuya importancia no desconocemos, el alcalde Mollohuanca fue trasladado a Ica, aprovechando el nuevo Código Procesal Penal y procedimientos de última hora que violan consideraciones elementales del debido proceso. Su excarcelación, decidida por la Corte Superior de Ica, no puede esconder la arbitrariedad de las razones esgrimidas por el Ministro de Justicia ni la actuación del Presidente del Poder Judicial, César San Martín. El primero de ellos, justificó la restricción de fondos públicos a la provincia cusqueña, argumentando que “existe riesgo de que los recursos del Estado estén siendo usados de manera incorrecta”. El segundo intentó, sin mucho éxito, explicar la supuesta legitimidad de las decisiones judiciales.

Por si fuera poco, el Presidente ha tenido que lidiar con otros acontecimientos que afectan su gestión. El relevo de tres generales del Ejército que ocupaban puestos estratégicos en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y su reemplazo por igual número de marinos, además de anunciar la intención de replantear la manera en la que se está conduciendo el enfrentamiento contra Sendero Luminoso en el VRAE, evidencia la fuerte crisis generada por la denominada Operación Libertad. La procesión en esta materia va por dentro y, curiosamente, ni los medios ni los principales analistas políticos le han prestado particular atención.

Más interés sigue suscitando el chuponeo del que fuera víctima el congresista Galarreta, mediante procedimientos que ponen en cuestión al Ministerio Público y al propio Poder Judicial, ubicando en el ojo de la tormenta, una vez más, al propio Presidente del Congreso. Así, es claro que el gobierno está viviendo un momento particularmente difícil, mientras los conflictos de Conga y Espinar –que fueron los que desnudaron muchas de sus limitaciones- se mantienen.

En Cusco parece abrirse la posibilidad de un diálogo, lo cual saludamos, pero en Cajamarca la violencia ha regresado y el día de ayer dejó al menos setenta heridos y varios detenidos tras enfrentamientos entre protestantes y policías. Sin una organización que le construya una base social y sin operadores políticos en la gestión, el gobierno está descubriendo, con un alto costo para el país y su imagen internacional, que el puro pragmatismo no alcanza para gobernar. Por lo demás, a estas alturas del partido, el Estado y la sociedad toda, debemos aceptar que detrás de las movilizaciones recientes hay una reivindicación de la dignidad y los derechos de las poblaciones comprometidas, así como expectativas legítimas por mejorar sus condiciones de vida.

No reconocer estas razones, supone negar el diálogo democrático y optar por la imposición del orden, con los enormes riesgos que ello supone para la gobernabilidad y el buen gobierno. Pero también contra la propia inversión privada. Los distintos comportamientos y declaraciones que ponen en cuestión la autoridad de quienes han sido legítimamente elegidos por el pueblo –sea el Presidente de la República o una autoridad local- favorecen únicamente a los extremos del espectro político, afectando nuestra frágil democracia. El Presidente debe asumir que se requieren cambios urgentes y que es necesario recuperar la política. El Premier y sus dislates entrañan un costo muy alto para el gobierno, que haría bien en retirarlo, aunque los problemas, como se ha evidenciado, van más allá de su falta de experiencia política y su particular visión del orden.
Otra Mirada

junio 14, 2012

COLEGIO DE ARQUITECTOS ADVIERTE: POR OBRA DE SANEAMIENTO CHICLAYO ESTARÁ PEOR QUE LAMBAYEQUE

Si bien la renovación del saneamiento básico en el centro de Chiclayo resulta ser importante por el impacto que tiene en el desarrollo urbano, los trabajos evidentemente carentes de planificación están causando molestias en la colectividad, sobre todo en el sector transportes.
A este paso, el proyecto que tiene a un solo ingeniero como supervisor y le cuesta al Estado más de 28 millones de soles, apunta a convertirse en un dolor de cabeza más fuerte aún que el generado en Lambayeque, donde hace más de un año los vecinos soportan olores fétidos, calles polvorientas y cortes del suministro de agua. Hasta fue necesario que los congresistas por Lambayeque planteen la posibilidad de citar al ministro de Vivienda, René Cornejo, para que dé explicaciones del por qué demoraba tanto su portafolio en aprobar el presupuesto de 28 millones 559 mil 484.75 soles que permita ejecutar el proyecto de “Mejoramiento de la redes de agua potable y alcantarillado, conexiones domiciliarias del caso central de Chiclayo antiguo, así como de los colectores Pedro Ruiz, Francisco Cabrera y Elvira García”, presentado por la comuna provincial y que en reiteradas veces fue devuelto por imprecisiones en el expediente técnico.

Asignada la partida económica, el alcalde Roberto Torres anunció el inicio de los trabajos a fines de abril. De esta forma, el Consorcio Chiclayo, ganador de la buena pro de la obra, recibió los terrenos de la ciudad para emprender su labor. Desde entonces, a la fecha, la inconformidad de los vecinos por la forma en que se desarrollan las obras ha ido en aumento, más por la desorganización mostrada por las autoridades municipales para poner en marcha un plan de contingencia frente al bloqueo de calles y la exposición de aguas servidas sobre la superficie. Realidad que preocupa “Las instituciones que estamos involucradas con este proceso para poder realizar un seguimiento de los trabajos hemos cruzado comunicación inmediata, en atención a lo preocupante que se torna cada vez la situación de la ciudad ante las acciones del Consorcio Chiclayo”, expresa Carlos Paredes García, decano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, precisando que además de su orden profesional, el Colegio de Ingenieros, la Cámara Peruana de la Construcción – CAPECO, la Cámara de Comercio y la Dirección Regional de Cultura se mantienen al tanto de lo que se está haciendo para garantizar que el proyecto sea bien ejecutado, además de salvaguardar la seguridad pública. “Lo que nos preocupa es la falta de planificación del trabajo. Ya hemos visto lo que ha pasado en Lambayeque, que es una ciudad pequeña, con poco nivel de tránsito vehicular y peatonal que solo se incrementa por la actividad universitaria. Allí lo que ha generado la intervención desorganizada de la ciudad es lamentable y lo mismo puede suceder en Chiclayo, cuyas consecuencias pueden ser peores, caóticas”, afirma.

Sin planes Paredes García indica que no se trata de un solo frente de trabajo, sino de varias obras de infraestructura sanitaria que se desarrollan de manera simultánea y todas circundan con el centro de la ciudad, lo que podría originar el colapso sistemático de las redes de desagüe en el casco histórico. “Lo que vamos a tener es un incremento del caos natural que vive a diario Chiclayo por la perforación de calles y vías importantes que están siendo tomadas sin antes advertir medidas de contingencia”, asevera. El decano del Colegio de Arquitectos cuestiona que pese a que los trabajo se iniciaron a principios de mayo, recién el pasado seis de junio se haya aprobado el Plan de Rutas y Vías Alternas Provisionales, por parte de la comuna con participación de los gremios de transportes, herramienta que debió tenerse antes de la perforación de calles. “Tiene que socializarse el plan de desvío de calles para funcionamiento de tráfico público y privado, de tal manera que sepamos qué calles se van a utilizar y las vías que se van a intervenir. Esta información, que lógicamente irá variando con el avance de los trabajos, debe ser difundida a la población en general, entendiendo que no solo los transportistas usan las calles, también los escolares, vehículos de emergencia y personas con discapacidad”, precisa.

Recomendaciones por atender La Defensoría del Pueblo, junto a la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental – DESA y funcionarios de la municipalidad, inspeccionó el miércoles último los trabajos del Consorcio Chiclayo, constatando que diversos puntos de la ciudad presentan aniegos consecuencia del afloramiento de aguas servidas debido a las obras. Julio Hidalgo Reyes, comisionado de la Oficina Defensorial de Lambayeque, señaló que en atención a las consideraciones alcanzadas la semana anterior es que la Sub Gerencia de Sanidad está realizando labores de fumigación y desinfección de las zonas intervenidas, a fin de evitar la propagación de agentes contaminantes y vectores que transmiten enfermedades como el dengue. “Se ha empezado por la zona de Melitón Carbajal y recién se está comunicando a los vecinos qué hacer frente a las contingencias que pueda presentar la red de saneamiento, para buscar solución inmediata por parte de los técnicos de EPSEL. La municipalidad debe establecer una estrategia de comunicación constante con los vecinos para mantenerlos informados de las acciones que se están ejecutando, pero también, y es lo más importante, actuar de manera inmediata frente a los colapsos”, afirmó Hidalgo Reyes.

Según José Sosa Saavedra, titular de la Gerencia de Infraestructura de la comuna provincial, los trabajos de renovación de las redes de agua y alcantarillado se desarrollan “siguiendo un cronograma establecido por el Consorcio Chiclayo y atendiendo a recomendaciones de EPSEL, por ejemplo contar con más equipos para la evacuación de las aguas servidas”. El funcionario municipal sostiene que la población debe entender lo importante que es la ejecución del proyecto para la ciudad, por lo que debe mantenerse paciente y colaborar con los trabajos. Mucho ojo Para el ingeniero James Uriarte Núñez, miembro del directorio de EPSEL, es prioritario que la población esté enterada de todo lo que significa la renovación del sistema de alcantarillado, que va desde la abertura de zanjas hasta la exposición de aguas negras en la vía pública y presencia de aniegos, no sin antes advertir que éstos deben ser atendidos de forma inmediata por la contratista y la unidad ejecutora del proyecto, es decir, el Consorcio Chiclayo y la comuna provincial. Sin embargo, Uriarte Núñez releva, por ejemplo, que la empresa constructora tiene una gran limitación para la evacuación de las aguas servidas, debido a que solo cuenta con una motobomba de cuatro pulgadas. “Nosotros en EPSEL trabajamos con una de seis para atender los problemas del colector que se ubica en la Avenida Leguía y ni aún así es suficiente”, explica.

Añade que el Consorcio Chiclayo está mostrando desesperación en la ejecución de las obras, que se evidencia en la intervención de calles lo que se motivaría en el propósito de recibir de forma inmediata mayor cantidad de dinero. “Abre y abre calles, perfora más zanjas con el afán de que a la primera valorización pueda cobrar más dinero”, señala, refiriendo que lo adecuado es que los trabajos se ejecuten calle por calle. “Debieron, por ejemplo, abrir toda la avenida Luis Gonzales, desde Bolognesi hasta Pedro Ruiz y en esa vía ejecutar todos los procesos, desde la excavación, renovación de las redes y reposición del pavimento. Así, el impacto hubiera sido menor a lo que representa trabajar en varios frentes al mismo tiempo”, indica el ingeniero, especialista en saneamiento básico.

¿Supervisión garantizada? 
“Si el Consorcio Chiclayo realiza una buena obra podremos entonces haber solucionado el problema constante que representa el colapso de desagües cada día. De no ser así, tanta inversión sería en vano”, comenta James Uriarte, quien sostiene que el asunto de la supervisión del proyectó genera muchas dudas. Esta labor, increíblemente, está encargada a un solo profesional, ingeniero externo contratado por la comuna para garantizar la buena marcha de los trabajos. Uriarte Núñez señala que si éste no se dedica a tiempo completo a la revisión de la obra difícilmente podrá cumplir con lo encomendado, más aún si se está trabajando en varios frentes. Precisa que EPSEL ha dispuesto la asignación de un ingeniero más que ayude en la supervisión, a fin de canalizar las observaciones a la empresa del saneamiento como a la comuna. “El supervisor debe tener amplio conocimiento técnico, capacidad y autoridad para hacerse respetar”, indica.

En relación a la supervisión, el decano del Colegio de Ingenieros de Lambayeque, Jerry Ochoa Medina, ha criticado la decisión de la municipalidad de contratar los servicios de una sola persona, teniendo en consideración que se trata de un proyecto que supera los 28 millones de soles. Oportunidades no aprovechadas Para Carlos Paredes, decano de los Arquitectos de Lambayeque, la comuna está desaprovechando una excelente oportunidad para hacer bien las cosas, sobre todo pensando en el futuro de la ciudad. “Este era el momento oportuno para no solo renovar el alcantarillado, también construir el drenaje pluvial y coordinar con todas las empresas que prestan servicios básicos, como Electro Norte, las compañías de telefonía y cable, para de una vez por todas enterrar las redes que hoy generan tan feo espectáculo cruzándose como telas de araña en todo Chiclayo. La prisa, la desesperación, el apuro no ha dejado espacio para pensar de una manera más integral, eso es penoso”, afirma Paredes García. “Terminadas las obras de saneamiento se cerrarán las zanjas, pero estoy que el otro año, pasado el Fenómeno El Niño, en julio, otra vez se abrirán las calles para hacer el drenaje pluvial o para tender las redes de fibra óptica”, añade.

Cita, como ejemplo, el caso de Quito, en Ecuador, ciudad en la que al ejecutarse el cambio de agua y alcantarillado se exhortó a las empresas de servicios a convertir en subterráneas sus alambrados, porque se determinó que las calles no se abrirían en 20 años y así fue. “Sin ir muy lejos, debemos recordar cuando el ex alcalde rehabilitó la calle San José. Se dijo que los trabajos durarían tres meses, pero se demoraron un año aproximadamente para entregar la obra. Uno nunca sabe lo que encontrará bajo el pavimento, quizá ya ni existan las tuberías de la red antigua y el agua discurra por los sedimentos que se han creado en torno a las conexiones, por ello resulta importante tener un plan de contingencia efectivo para la ciudad”, sostiene el decano del Colegio de Arquitectos.

CIFRAS:
11 millones de soles es el costo de los materiales de construcción que se emplean en el proyecto, según ha informado la municipalidad.
Regidores de oposición y el Colegio de Ingenieros han solicitado la paralización de los trabajos y que se formule un adecuado plan de intervención en la ciudad.

+ NOTICIAS
El punto más crítico del sistema de saneamiento de la ciudad es el colector ubicado entre las avenidas Pedro Ruiz y Eufemio Lora y Lora.
Actualmente el Consorcio Chiclayo interviene las calles Lora y Lora y Pedro Ruiz; Cabrera con avenida José Leonardo Ortiz, y Leoncio Prado y Lora y Cordero.
Semanario Expresión