octubre 10, 2013

APORTES PARA UN DEBATE SOBRE QALI WARMA

Hay muchos comentarios sobre Qali Warma (QW), uno de ellos hace un par de días escrito por Pedro Francke, en Otra Mirada. Es sorprendente como en la discusión se han tomado algunas ideas repitiendo argumentos usados por políticos para criticar a QW, pero que no tienen sustento real. Por ejemplo, se dice que el Pronaa tenía menos presupuesto, que ahora se gasta más para lo mismo. No es así. Efectivamente, el presupuesto del Pronaa era apenas un tercio o menos del presupuesto que hoy tiene QW (y con ello se evidencia que en los últimos años del Pronaa, este no fue fortalecido pues no se le dio más presupuesto), pero entregaba muchos menos servicios. Para muestra basta decir que el Pronaa presupuestaba entrega de alimentos para escolares sólo para 90 días del año, cuando el año escolar tiene alrededor de 191 días. Es decir que, para que el Pronaa atendiera todos los días del año escolar hubiera necesitado más que duplicar su presupuesto. Pero además, entregaba, en el mejor de los escenarios, 6 productos (2 para desayunos y 4 para almuerzos), mientras que QW incorpora en la dieta diaria de los niños más de 100.
Hay que agregar que los reportes sobre aceptabilidad y consumo de Pronaa, hechos por entidades como la Defensoría, muestran que el 50% de los niños no comía lo que recibía por su calidad, sabor, presentación o por el hastío de comer lo mismo todos los días. Es decir, lo que el Pronaa invertía solo servía para que la mitad de usuarios se llenara la barriga, el resto se perdía (o vendía, o se usaba para negocios particulares).
Finalmente, las cifras de ENAHO 2012 señalan que sólo 1.6 millones de niños y niñas recibieron el programa de alimentación escolar del Pronaa. En resumen, con ese presupuesto se atendía a 1 millón de niños menos, con menos productos, menos de la mitad de los días y con pocos productos que los niños no aceptaban y no consumían. ¿Ese presupuesto es un buen referente para QW? ¿De qué nos sirve comparar el presupuesto de alimentación escolar del Pronaa con QW? No ayuda en la discusión, no permite comparar, no es útil.

También señala que el modelo QW es un modelo proempresarial impuesto por el MEF, que además deja de lado la participación de las comunidades y organizaciones de base. Claramente hay bastante ligereza en el comentario. El modelo de QW se basa sobre todo en la experiencia de Foncodes, en el trabajo de los núcleos ejecutores. En él se entrega a la comunidad organizada y a los directamente interesados: autoridades locales (gerentes de desarrollo social que hacen las compras para programas alimentarios locales) y regionales (del sector salud) y a los padres de familia (en representación de los usuarios) la facultad de elegir a los proveedores, que deben ser empresas constituidas o consorcios que pueden incluir organizaciones de base (y reciben premios por ello).  Que más participación que darles la opción de opinar y elegir qué comerán los niños en esa región (entre distintas opciones que cumplen con el aporte nutricional requerido) y a quién, cumpliendo los requisitos, será el proveedor de raciones o canastas de productos en la región. Este modelo ha permitido que muchas organizaciones de base,  micro y pequeñas empresas sean parte de los proveedores de QW. Hoy, sólo en Lima varias centenas de mujeres de comedores populares trabajan con proveedores de QW y tenemos mujeres que han dado el paso a ser empresarias para atender a QW como se encuentra de manera emblemática en los casos de Ica, Tumbes y Paucartambo en Cusco (ver video aquí).

Pero eso no es todo. También se dice que QW ha eliminado la participación de madres en la preparación de alimentos. No es cierto. Si bien en las zonas de alta densidad, urbanas y con escuelas de gran escala se prioriza la entrega de raciones preparadas, en el resto, y en particular en zonas rurales, se entrega una canasta variada de productos para que las familias se involucren apoyando a sus hijos y a QW con la preparación. En estos colegios además se viene trabajando con empresas, municipalidades y gobiernos regionales para mejorar la infraestructura de sus cocinas. Hoy hay más de 10 mil cocinas que serán mejoradas, como resultado del trabajo articulado de gobiernos locales con QW, y más de 25 mil escuelas que recibirán menaje para sus cocinas. Sigue siendo insuficiente, pero en 7 meses representa un avance considerable.

Finalmente, en su artículo Francke plantea que el problema de políticas sociales focalizadas es que son insuficientes para atender los retos sociales de este país. Son insuficientes, pero son parte importante de la política social, sirven para asegurar que todas podamos usar los servicios que nos corresponden por derecho. Esa discusión es importante y relevante, pero no se aplica bien al caso de QW que es un programa que será universal, no focalizado, en 3 años y cuya focalización sólo está presente para definir qué niños reciben dos raciones (los que viven en distritos más pobres) y quiénes sólo una.

QW tiene grandes desafíos que enfrentar todavía y todas las ideas para enfrentarlos son bienvenidos, ayudan, pero para ello tenemos que entender el programa. Hay que mejorar la supervisión como todos han señalado, pero también incrementar la comunicación y capacitación con los padres, maestros y directores para que puedan cumplir su rol de fiscalización y control de QW. Para ello hay que invertir en comunicación masiva y en dar herramientas a la comunidad educativa para participar más y mejor en QW. Hay que trabajar con los proveedores y seguir impulsando la mejora de la infraestructura educativa y de servicios básicos de las escuelas. Tareas hay muchas, pero sobre todo asegurar que todos nos comprometamos a discutir y asumir el desafío de la alimentación escolar como un asunto de interés nacional, de Estado, no de un partido o de otro. No hay que alentar la discusión en la esfera política de QW, eso no ayudará a los niños, ni a sus escuelas.
Por Carolina Trivelli
Otra Mirada

octubre 09, 2013

Y SI LA ADOLESCENCIA SE PROLONGA HASTA LOS 25 AÑOS?

Algunos expertos creen que la sociedad está "infantilizando" a los jóvenes.
Según las nuevas indicaciones que reciben los psicólogos en el Reino Unido, la adolescencia ahora dura hasta los 25 años de edad, para efectos de determinar la manera de administrar tratamientos a los jóvenes. "La idea de que de repente a los 18 años eres un adulto simplemente no acaba de cuadrar", dice la psicóloga infantil Laverne Antrobus, que trabaja en la Clínica Tavistock de Londres.
"Mi experiencia con los jóvenes es que todavía necesitan una cantidad bastante considerable de apoyo y de ayuda más allá de esa edad", argumenta.

Antrobus cree que a menudo queremos que los jóvenes logren hitos muy rápidamente, pero que ahora "nos estamos volviendo mucho más conscientes y apreciamos el desarrollo más allá [de los 18 años] y creo que es una muy buena iniciativa".

Las nuevas directrices buscan evitar que los jóvenes no queden desamparados por el sistema de salud y educación cuando cumplen 18 años. El cambio llega con la evolución de nuestra comprensión de la madurez emocional, el desarrollo hormonal y particularmente la actividad cerebral.

Tres etapas
Las tres etapas de la adolescencia son:
adolescencia temprana - de 12 a 14 años,
adolescencia media - de 15 a 17 años,
adolescencia tardía - a partir de los 18 años.
La neurociencia ha demostrado que el desarrollo cognitivo de los jóvenes continúa más allá de los 18 años en esta etapa posterior y que su madurez emocional, imagen personal y el propio juicio se verán afectados hasta que la corteza prefrontal del cerebro se desarrolle completamente.

Entonces, ¿son los 25 los nuevos 18?
"Junto con el desarrollo del cerebro, la actividad hormonal también continúa hasta bien entrados los 20 años", asegura Antrobus. Y añade: "Encuentro jóvenes de 16 a 18 años, en los cuales la actividad hormonal es tan grande que imaginar que se calmará al cumplir 18 es, realmente, un error", sentencia Antrobus.

Para Laverne Antrobus, algunos adolescentes pueden querer quedarse más tiempo con sus familias, ya que necesitan más apoyo durante estos años de formación, y que es importante que los padres se den cuenta de que no todos los jóvenes se desarrollan al mismo ritmo. Pero, ¿existe algún peligro de que pudiéramos estar criando a jóvenes que se resisten a dejar la adolescencia?
Infantilización

Solíamos pensar que el cerebro estaba totalmente desarrollado en la adolescencia temprana y ahora nos damos cuenta de que el cerebro no detiene su desarrollo hasta mediados de los 20 años o incluso los 30. Hay mucha más información y pruebas de que en realidad el desarrollo del cerebro en varias formas continúa durante toda la vida.

A lo largo de la adolescencia, la forma en que se procesa la información está cambiando drásticamente, y lo que han mostrado nuevas técnicas de exploración nos ha permitido demostrar lo que son los cambios neurológicos.

Esto es particularmente importante en términos de razonamiento social, planificación, y comprensión de la solución de un problema. Así que el cerebro se reorganiza a sí mismo, lo que a su vez significa que las diferentes estrategias de pensamiento se utilizan según el cerebro se asemeja más a un cerebro adulto.

La corteza prefrontal es el área clave que experimenta los cambios más interesantes en la adolescencia, así que si haces estudios de resonancia magnética funcional con niños, adolescentes y adultos, se aprecian diferencias en la forma en que procesan la información.  Frank Furedi, profesor de sociología de la Universidad de Kent en Inglaterra, dice que hemos infantilizado a los jóvenes y esto ha dado lugar a un número creciente de hombres y mujeres jóvenes que se acercan a los 30 años y aún viven en el hogar familiar.

"A menudo se ha reivindicado que es por razones económicas, pero en realidad ese no es el motivo", dice Furedi. "Hay una pérdida de la aspiración a la independencia y salir adelante por propia cuenta. Cuando yo estaba en la universidad, habría sido una 'muerte social' que se le viera a uno con sus padres, mientras que ahora es lo normal", cuenta.

"Este tipo de cambio cultural significa básicamente que la adolescencia se extiende hasta más allá de los 20 años y creo que la psicología, de forma inadvertida, refuerza ese tipo de pasividad, impotencia y falta de madurez y lo normaliza". Furedi añade que esta cultura infantilizada ha intensificado la sensación de "dependencia pasiva", que puede dar lugar a dificultades en las relaciones entre adultos maduros.

"Hay un número creciente de adultos que ven películas infantiles en el cine", dice Furedi. "Si nos fijamos en los canales de televisión dirigidos a menores en Estados Unidos, el 25% de los espectadores son adultos en lugar de niños".

Dejar el nido
Furedi no cree que el mundo moderno sea mucho más difícil para los jóvenes. "Creo que, no es que el mundo se haya vuelto más cruel, sino que retenemos a nuestros hijos desde una edad muy temprana. Cuando tienen 11 ó 12 años no los dejamos salir solos y cuando tienen 14 ó 15 años los aislamos de las experiencias de la vida real. Además, tratamos a los estudiantes universitarios como solíamos tratar a los escolares, por lo que creo que es ese tipo de efecto acumulativo de infantilización el responsable de esto".

Pero, ¿deben los padres alentar a los adolescentes a contruir su propio camino en el mundo?
La serie de televisión "Girls" (chicas) cuyo personaje principal, Hannah Horvath, lucha cada día con las contradicciones de la edad adulta, ha capturado el espíritu del momento.

Los padres de Hannah cortaron su financiación y de repente debe vivir por su cuenta y lidiar con sus "20 años", cometiendo sus propios errores.
¿Deben los adolescentes buscarse la vida por su cuenta como ocurre en la serie Girls?
Uno de los tradicionales ritos de paso a la edad adulta siempre fue salir de casa, pero la experta en propiedad raíz Sarah Beeny dice que los adolescentes no tienen que salir de la casa de los padres con el fin de aprender a ser independientes y hay enormes ventajas de que varias generaciones convivan juntas.

"La solución para no tener inútiles de 25 (e incluso) 30 años viviendo en casa no está en echarlos, sino en que ellos laven su propia ropa, ayuden a pagar la renta, las facturas, asuman la responsabilidad de la limpieza de su habitación...", dice Beeny.

Pero, ¿existen los adultos?
Con la adolescencia tomando mucho más tiempo del que pensábamos, ¿cómo vamos a saber cuándo realmente llegamos a la edad adulta?

Para Antrobus ocurre cuando la independencia "se siente como algo que se quiere y se puede adquirir".

Pero para los adolescentes eternos, tal vez la definición de Beeny es la apropiada.

"Para mí", dice, "la edad adulta' se está dando cuenta de que no existen los adultos como tal y que todos los demás estamos improvisando", dice Beeny.
Conocer Ciencia

octubre 07, 2013

QUE SE JUEGA AMÉRICA LATINA EN MATERIA DE EMPLEO JUVENIL?

La calidad educativa es sin duda la mayor prioridad de las personas consultadas en América Latina y el Caribe. En la región, la anterior encabeza la lista de todas las consultas nacionales y de la encuesta global MI Mundo. Lo simplifica adecuadamente un joven afrodescendiente en Ecuador: “la niñez no aprende lo que necesita.” Mientras la cobertura y la paridad de género se han atendido con celeridad, los países latinoamericanos siguen ocupando los últimos lugares del examen PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos). En 2010, detrás de Chile estuvieron clasificados: Uruguay (47º), México (48º), Colombia (52º), Brasil (53º), Argentina (58º) y Perú (63º).
La discusión sobre la calidad educativa tiene diferentes puntos de entrada, desde el tipo de habilidades y conocimientos que se desarrollan a lo largo de la vida escolar hasta su pertinencia para el mundo laboral, pasando por la problemática de la deserción escolar y la desigualdad de acceso a los servicios de mayor calidad. En América Latina y el Caribe estas tres aristas son ampliamente debatidas. Según cifras de la CEPAL, alrededor de un tercio de los adolescentes (entre 15 y 19 años) latinoamericanos abandonan la escuela antes de completar el ciclo escolar medio superior y una de las razones es que los contenidos escolares les parecen alejados de lo que les exige el mundo del trabajo.

Tres de las cuatro metas propuestas por el Panel de Alto Nivel en el ámbito educativo aluden a resultados de aprendizaje. Previsiblemente, la discusión ahora será en torno a lo que se debe entender por conceptos como “estándares mínimos de aprendizaje”, “resultados de aprendizaje medibles” o “las habilidades (…) requeridas para el trabajo”. Con seguridad, uno de los referentes será el examen PISA pero también habrá que darle acogida a otros paradigmas. En las consultas llevadas acabo en Bolivia, por ejemplo, se piden servicios educativos de calidad pero también “con calidez”, en línea con lo que supone hacer realidad el concepto del “Vivir Bien”.

Las maneras en que se podrían implementar las mejoras a la calidad educativa constituyen otra de las preocupaciones abordadas tanto en las consultas nacionales como en el informe del Panel. En este último se presentan los buenos resultados de la Alianza Global por la Educación (GPE, por sus siglas en inglés), que articula redes de educadores, organizaciones sociales, autoridades, bancos y agencias de desarrollo (UNESCO y UNICEF) en pos de una agenda de calidad. En la consulta llevada acabo en la República Dominicana, uno de los indicadores propuestos es justamente el “número de organizaciones apoyando o participando en la escuela”.

El tema de la implementación es igualmente de interés en cuestiones de acceso y cobertura. Concretamente, la meta propuesta por el Panel sobre educación preescolar coincide con lo que se está viviendo en la región para hacer realidad la obligatoriedad recién estrenada en varios de sus países. ¿Hasta dónde debe involucrarse el sector privado o el mundo de las organizaciones sin fines de lucro que dan servicios de guardería y pre-primaria? Otro tipo de preguntas tiene que ver con atender las profundas desigualdades de la región, mismas que suelen hacerse más visibles cuando se busca que la escuela abarque a más grupos etarios de manera universal.