abril 16, 2014

PERFIL DE LOS GOBERNANTES: LAS AUTORIDADES QUE CHICLAYO VERDADERAMENTE NECESITA

Cuatro profesionales de reconocida trayectoria nos ayudan a proyectar el perfil que debe tener el próximo gobernante de Chiclayo. Aspectos urgentes por solucionar no se pueden excluir de la agenda, más aún si en la ‘Capital de la Amistad’ el principal problema se llama corrupción. ¿Estaremos lejos de lograr un gobernante con estas características y capacidades?

“Es de suma importancia que la ciudadanía reflexione, no solo en este año electoral sino con carácter permanente sobre su participación en la vida de nuestra comunidad política. El poder político no puede ser dejado a la deriva en manos de las autoridades. Nuestra tarea es acompañar los procesos con mayor consciencia y responsabilidad. Nosotros también somos responsables de la lamentable situación que vive Chiclayo, nuestra comunidad política se encuentra debilitada y eso ha dado paso a voces improvisadas, quienes han tomado las riendas del poder político cual aventura”, resume el docente universitario y licenciado en Ciencias Políticas Jorge Luis Vallejo Castello.
Gobierno e institucionalidad
En su análisis, Vallejo Castello, quien labora en el Centro de Estudios Políticos y de Gestión Pública de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, indica que al hablar de un perfil político la población tiene que ser realista. “Nunca tendremos un iluminado en la alcaldía, ningún candidato puede ser el ‘salvador’ de Chiclayo”, afirma, explicando que un solo hombre o mujer no podrá trabajar en solitario, se necesita avanzar en equipos, integrando a la sociedad civil organizada en los procesos.

“Como primer punto entonces, tenemos que romper la idea de buscar un ‘mesías’ en política, porque no existe. Necesitamos liderazgos concertadores, que no vivan del recelo, que sean capaces de tender puentes hacia otras instituciones y actores”, asevera.

En relación a esos equipos que deben acompañar a quienes aspiran ser alcaldes, comenta que hay una gran responsabilidad de las agrupaciones políticas por la forma en la se arman las listas municipales. Y es que, sabido es, en muchos casos los primeros lugares de las listas electorales son sacados prácticamente a remate. “El candidato que más dinero aporta a la campaña suele ocupar los primeros lugares en la nómina de regidores. Las listas tienen que armarse por méritos y no por aportes económicos”, enfatiza.

Jorge Vallejo señala también que la población tiene que conocer a los que integran dichas listas. Precisa que no se debe olvidar, por ejemplo, que el primer regidor o teniente alcalde es el potencial alcalde. “¿Quiénes se han preocupado por indagar más de cerca el expediente personal de este postulante?”, se pregunta.

Aspecto que también debe quedar claro, según refiere, es que el alcalde no es la máxima instancia política de un gobierno municipal. La máxima instancia es el Concejo Municipal, en el cual, como todos sabemos, se encuentran el alcalde y los regidores.

“Es desde el Concejo Municipal que se gobierna. ¿Quiénes le hacen seguimiento al trabajo de los Regidores? ¿Quiénes le hacen seguimiento a las Comisiones de trabajo que se organizan dentro del Concejo Municipal? Tenemos que ser más rigurosos este 2014 y revisar adecuadamente la lista de candidatos a regidores que acompañan al candidato para alcalde”, acota.

Mirando a los países vecinos, Vallejo Castello cita el ejemplo de Estados en los que la población vota en separado: por un lado se vota para elegir al alcalde y en otra cédula se elige a los regidores. “Lamentablemente en el Perú tenemos en una misma cédula que sufragar en lista cerrada, se vota por todos en conjunto, cual manada en estampida se elige a todos en un mismo saco. El candidato a Alcalde ganador se lleva la mayoría de asientos para regidores y si tenemos regidores sin personalidadestos se convierten en aduladores del régimen, sin pensamiento propio, sin mayores ideas que las que su alcalde define. Necesitamos regidores con espíritu propio, que sepan fiscalizar pero al mismo tiempo proponer. El trabajo de los regidores es fiscalizar y proponer medidas para el buen gobierno”, manifiesta.

Por otro lado, indica que los liderazgos autocráticos solo generan dificultades. En consecuencia, el nuevo alcalde tiene que tener iniciativa para sumar fuerzas con otros actores de la sociedad civil.

“En Chiclayo, por ejemplo, tenemos numerosas universidades e institutos ¿Por qué no construir políticas públicas junto con estos? ¿Será que el Alcalde espera que lo vayan a buscar? Un Alcalde tiene que ser un visionario, tener la inteligencia suficiente para convocar a quienes pueden aportarle en el gobierno, porque a fin de cuentas no se trata de su gobierno, sino del gobierno de todos. La alcaldía no es una empresa familiar, la alcaldía tiene que representarnos a todos y responder con acciones a todos. Para ello se necesita lógica e inteligencia, eso debemos buscar en el perfil de los candidatos”, enfatiza.

“La alcaldía no es una empresa familiar, la alcaldía tiene que representarnos a todos y responder con acciones a todos”. Jorge Vallejo Castello.

Dentro del perfil de un gobierno para Chiclayo, y para todos nuestros distritos, Vallejo Castello anota que tenemos que ser conscientes que hay que recuperar el principio de autoridad, el llamado imperium de la ley.

“Un alcalde no es un compañero de copas´, un alcalde tiene la función de representar a una comunidad política, el alcalde no tiene porqué rogar a otras instancias gubernamentales, el alcalde tiene que exigir a esas otras instancias cuando los intereses de la comunidad se ven afectados, un alcalde por ello tiene que saber expresarse y saber defender los derechos de la población a la que representa, en la ciudad y en la provincia”, remarca.

Añade que un nuevo gobierno municipal en Chiclayo tiene que mirar hacia los 20 distritos de la provincia, desde nuestras costas en Santa Rosa o Pimentel hasta Oyotún y Chongoyape y tener más inteligencia para aprovechar, por ejemplo, las ventajas de las mancomunidades y bajo esta fórmula legal enfrentar los problemas comunes y promover alternativas generadoras de recursos como empresas municipales.

Refiere también que la administración púbica municipal necesita ser reorganizada y ello pasa por evaluar a los trabajadores, capacitarlos bien previamente para la rendición de sus evaluaciones, y quienes no rindan con la productividad requerida pues justificadamente no podrán continuar.

“Ser alcalde o ser regidor no es de ningún modo un favor que se nos hace, ya que por ello se cobra un sueldo o unas dietas; por lo menos debería ser un servicio a la comunidad, pero como pocos lo entienden así, la población debe estar organizada, superando divisiones internas, organizados para ayudar en el trabajo del nuevo gobierno municipal y organizados para encararle si es que el gobierno provincial decide equivocarse de camino”, finaliza.

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Alcalde y sociedad
El magíster y sociólogo César Cardoso Montoya sostiene que referirnos a Chiclayo, por su situación actual, significa compartir dolor y nostalgia. “Dolor porque lo que observamos no quisiéramos creerlo, una ciudad envejecida por su falta de atención urbana y por el abandono en el que se encuentra como consecuencia de la corrupción. No nos queda otra cosa que remitirnos a nuestra memoria y añorar viejos recuerdos de lo que fue Chiclayo”, asegura.

En su análisis, el profesor principal de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo indica que responsable de lo que viene ocurriendo en Chiclayo es el sistema político y las instituciones fiscalizadoras de la gestión edilicia.

Explica que el primero no debe ser permisible de modo tal que cualquier vecino pueda ejercer un cargo de tanta responsabilidad que tiene que ver con la calidad de vida de los habitantes.

“Un alcalde no preparado, cuyo único propósito es su enriquecimiento personal y su desborde pasional, no garantizará bajo ningún sentido un buen gobierno. Si a esto se suma una pobre calidad moral y profesional de los regidores, la nota es de veinte pero en sentido regresivo. Esto es lo que sucede en Chiclayo hoy. El conjunto de regidores, la excepción no excluye a más de dos, tienen la talla del alcalde y si a esto le agregamos los exabruptos de una de ellas nos obliga a sugerir que los nuevos candidatos a regidores deben pasar por un examen psiquiátrico. Es inconcebible que un regidor ejerza el cargo en nombre de sus desequilibrios emocionales como actualmente ocurre”, refiere

“Un alcalde no preparado, cuyo único propósito es su enriquecimiento personal y su desborde pasional, no garantizará bajo ningún sentido un buen gobierno”. César Cardoso Montoya.

Cardoso Montoya expresa que otro factor que le hace daño a la gestión edilicia de turno es su equipo de cargos de confianza. En palabras del sociólogo, “casi todos ellos de dudosa trayectoria moral y profesionalmente mediocres, cuyo propósito es aprovecharse de las arcas fiscales porque su común denominador es el costo – beneficio”.

Siguiendo el orden de ideas, César Cardoso manifiesta que las instituciones tutelares del Estado, encargadas de la fiscalización y de la sanción, también son responsables del halo de duda, sospecha y corrupción que se yergue sobre el gobierno municipal, máxime si se presume que son monitoreadas desde Lima a órdenes de intereses partidarios o personales y, por ende,“digitadas para no cumplir su función”. “Están frente a una ciudad destruida y no sancionan a nadie”, acota.

“Dada esta situación necesitamos elegir un alcalde preparado profesionalmente para renovar Chiclayo en nombre del ornato, la higiene y el fomento de una nueva urbanidad, en cuyos planes incluya una nueva mirada desde los migrantes, porque Chiclayo por su ubicación geográfica de convergencia es residencia esencialmente de gente de afuera. A la fecha las gestiones edilicias no han hecho más que administrar sin capacidad de cambio del desorden migratorio y el crecimiento desordenado de la ciudad, sin inculcar una cultura de limpieza y de respeto por los ciudadanos. Yo sí me atrevo a decir que Chiclayo es una de las provincias más corruptas y sucias del país”, asevera.

Precisa que un alcalde del siglo XXI deberá reivindicar la dimensión social (población infantil), no hacer de los Programas Sociales un medio para convertir a los sectores marginales de la población en simple masa de maniobra electoral.

“El alcalde que nos gobierne a partir del 2015 tiene que ser un profesional con vocación de servicio y que no esté haciendo cálculos para superar su crisis económica, tarea a la que están dedicados los tránsfugas que en su gran mayoría se han convertido en candidatos y que anhelan gobernar para asaltar el presupuesto del municipio a partir del primero de enero del 2015.Creo en la Teoría del Destino Manifiesto, los fenómenos del poder son contingenciales y cualquier cosa puede pasar y espero que sea a favor del nuevo alcalde, paraque ingrese a gobernar Chiclayo decidido a resolver problemas históricamente crónicos de la ciudad, sistemáticamente rehuidos, como es el crecimiento desordenado, la basura, la inseguridad vial y ciudadana, el comercio ambulatorio, la modernización del mercado, el relleno sanitario y el terminal terrestre afin de reinventar otro Chiclayo”, relieva Cardoso Montoya.

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Su visión urbanística 
“Chiclayo en la actualidad no está para sueños de opio, no estamos para creer en promesas de que en una gestión una autoridad edil va a lograr convertirla en la capital de nada. No hay pesimismo en esta afirmación, simplemente se trata de no ser ilusos y más bien de ser conscientes”, expresa la arquitecta Velia Beltrán Centurión, quien se ha desempeñado como docente de las universidades: Peruana de Ciencias Aplicadas – UPC, San Martín de Porres y Católica Santo Toribio de Mogrovejo.

Con ello, la también especialista en restauración monumental, aclara que casi una década de destrucción sistemática de nuestra ciudad no se va a revertir de la noche a la mañana.

“Un alcalde que prometa lo irrealizable y que nos pinte un panorama diferente no es una persona optimista, sino más bien es alguien irresponsable, que desconoce la magnitud y complejidad del problema que asumir el destino de nuestra ciudad desde este punto de partida implica.Nuestra ciudad agoniza y pensar en grandes proyectos de enorme envergadura urbanística, con ‘pasos a desnivel’, por citar algunos de los despropósitos que he venido oyendo por ahí, es como pensar preparar un gran banquete a base alimentos ya vencidos. Es decir, ni lo que está vencido se recupera y encima se malogra y malgasta todo lo que se use en prepararlo, y mientras menos modesta la pretensión tanto mayor será la pérdida”, señala.

Beltrán Centurión acota que un alcalde que realmente quiera hacer las cosas bien debe ser pragmático, lo cual no quiere decir que se lance a la práctica sin el debido conocimiento e implicancias de lo que se va a hacer, sino que debe tomar al toro por las astas. Según su análisis, el verdadero problema es que la ciudad está muy enferma y cualquier cosa que se pretenda hacerse sin antes mejorar su salud, no solo será dinero y esfuerzo malgastados, sino que ahondará aún más su deterioro.

“Si entendemos al urbanismo como la obra colectiva de la arquitectura y que su diferencia se evidencia en la escala, bien podríamos hacer un símil entre la organización biológica de un ser vivo con la organización urbana de una ciudad entendida también como organismo vivo. Es precisamente la unión organizada de varios sistemas, denominados aparatos, la que da lugar al organismo completo que tiene la capacidad de desempeñar las funciones básicas de la vida que son la nutrición, el crecimiento, etc. todo ello se relaciona con el ambiente en un intercambio de materia y energía de una forma ordenada: la ciudad”, compara.

Bajo esa premisa, Velia Beltrán refiere que el punto prioritario en la agenda del nuevo alcalde es rescatar el centro histórico de nuestra ciudad, “no solo por el respeto que nos debemos a nosotros mismos como ciudadanos, que de tanto vivir en una ciudad insalubre y putrefacta terminaremos volviéndonos insensibles”, sino porque además Chiclayo es la puerta de entrada a todos los centros de atracción turística de quienes admiran y desde otras latitudes llegan para conocer nuestra enorme riqueza cultural.

“La pésima impresión que estamos dejando en quienes han venido en los últimos años no se ha de borrar jamás por el enorme contraste de un pasado tan admirable al lado de un presente deplorable”, asevera.

Recuperar la salud de nuestra ciudad, no implica necesariamente ensanche de vías dentro de nuestro venido a menos centro histórico, que alguna vez no sólo fue bello sino que tuvo una unidad estilística rara vez lograda en centros históricos de otras ciudades no coloniales. Todo lleno de cemento y materiales modernos no garantizan ni belleza ni calidad de vida.

“La pésima impresión que estamos dejando en quienes han venido en los últimos años no se ha de borrar jamás por el enorme contraste de un pasado tan admirable al lado de un presente deplorable”. VeliaBeltán Centurión.

“Las ciudades europeas, por ejemplo, no imaginan ampliar ninguna de sus calles estrechas y tortuosas, mucho menos cambiar sus pavimentos empedrados originales que en muchos casos datan de época medieval, porque es justamente allí donde radica su misterioso encanto. De hecho tienen sus zonas súper modernas pero jamás a costa de su patrimonio histórico”, asevera.

Agrega que aunque lamentablemente se ha perdido mucho aún queda algo de arquitectura republicana que rescatar y mantener vigente. “El nuevo alcalde no debe admitir ninguna nueva agresión en el entorno de nuestro Parque Principal. Por el contrario, bien pudiera regresar a la vigencia los auditorios de los cines Colonial y Tropical por ejemplo. Eso es solo una sugerencia que sumaría a mucho a favor de la nueva gestión pero no resuelve el problema de fondo”, especifica.

Según explica la arquitecta, autora del primer vademécum arquitectónico del Perú, recuperar la ciudad tampoco implica hacer tremendo gasto en aplicar señalética totalmente desproporcionada, tapar huecos, y pintar “por donde lo ve el compadre”.

“Debemos decirle un rotundo no al maquillaje, que solo sirve para la víspera. Así como existen muchas personas que cuidan hasta en demasía en su aspecto externo, maquillaje, vestimenta, joyas, etc. y están tan inmersas en esos detalles que por lo general descuidan otros aspectos como son la salud tanto física como emocional; muchos postulantes a la alcaldía piensan que ofreciendo obras grandilocuentes para el ornato de la ciudad estarían haciendo una buena gestión. No es así, Chiclayo tendría primero que recuperar la salud física, y para ello el saneamiento es lo básico y a la vez debe recuperar la otra salud que es la que finalmente se refleja en el bienestar físico, me refiero a la salud moral si es que cabe el término”, manifiesta.

Hacer buenas obras de saneamiento es urgente, no cerrar ninguna calle más sin antes haber cambiado todo el sistema de desagües del centro de la ciudad es básico, así como reforzar estos sistemas en las urbanizaciones que en su momento fueron proyectadas para una densidad poblacional mucho menor a la que ahora, justamente por mala praxis, están sometidas con la inminente amenaza de colapsar en cualquier momento, es lo que plantea como tarea de inmediata atención Velia Beltrán.

Suma la necesidad de implementar para la ciudad un sistema vial con pavimentos, pistas y veredas de larga durabilidad, antes que llenas de adornos y cerámicos que son inapropiados para alto tránsito y que en lugar de embellecer al tener vejez prematura terminan siendo no solo desagradables sino que ponen en peligro a los transeúntes.

Asimismo – añade - se debe pensar en una solución para el drenaje pluvial, “pues si bien es cierto que en Chiclayo no llueve, todos sabemos lo expuestos que estamos cuando esto sucede”. Con sistemas de drenaje para las vías principales como alguna vez los tuvo Chiclayo o las secciones de vía adecuadas se mitigaría en gran parte las consecuencias de un próximo Fenómeno El Niño.

“Y si así vamos pensando en cada uno de los sistemas de funcionamiento de este organismo vivo que es Chiclayo, su cableado eléctrico, su red de agua, etc. Previendo que toda la infraestructura vaya mejorando evitando que colapse algo para recién prestarle la atención debida. Y seguir luego con la mejora de los servicios, pues es absurdo pretender mejorar el transporte público cuando la infraestructura vial está en el incalificable estado actual”, precisa.

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Lucha contra la corrupción
“Sabemos que el tema de la corrupción es un flagelo, un mal endémico en los diferentes estamentos de gobierno, sabemos también que muchos millones de soles se pierden anualmente porque ese dinero que debería traducirse en obras para los ciudadanos, termina engrosando billeteras de malos funcionarios. En tal sentido este aspecto resulta crucial al momento de tomar una decisión respecto de por quién votar”, expresa el abogado Pedro Torres Fernández, docente de las universidades Pedro Ruiz Gallo y San Martín de Porres.

En su apreciación, Torres Fernández indica que el poder, como el dinero, no convierten en mala o en buena a una persona, simplemente hacen aflorar su verdadero Yo; por tanto, es imprescindible estudiar la hoja de vida del candidato, pues solo quien tiene una vida familiar ordenada, que ha sido criado con respeto a principios y valores es capaz de resistir la enorme tentación que supone el poder desmedido, y el manejo de ingentes cantidades de dinero que deben contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos chiclayanos.

“Alguien que tenga claridad en lo que debe hacerse y la decisión de poner en marcha los mecanismos adecuados de control para evitar o minimizar la corrupción que tanto daño nos causa; y para ello además debe contar con un claro respaldo ciudadano. Es evidente que en tal contexto no nos sirve un candidato que gane por ser la primera minoría, necesitamos un alcalde que sea elegido por la mayoría, no queremos alcaldes de 20% de respaldo. Una votación de esa magnitud no da a un alcalde la autoridad ciudadana suficiente como para emprender con éxito los cambios que nuestra querida ciudad necesita”, señala el también presidente del colectivo “Chiclayano Despierta”, la organización cívica de mayor activismo y representatividad gestada en los últimos años en la provincia.

El docente universitario refiere que no basta con evaluar al candidato, pues coincidiendo con Vallejo, Cardoso y Beltrán, enfatiza que es importantísimo saber qué cuadros técnicos lo acompañan, quiénes serán los que se encargarán en el futuro de manejar esta organización elefantiásica, hipertrofiada y sobrecargada en que la actual administración ha convertido a la municipalidad.

“El nuevo alcalde debiera tener dentro de su equipo a un experto en administración pública, que le pueda ayudar a entender y reordenar el laberinto en que puede convertirse la toma de decisiones, muy diferente al ámbito privado. Alguien que pueda ayudarlo a romper esos viciosos círculos de poder que se forman en algunas áreas de la administración edil, donde algunos malos empleados que creen tener comprado el puesto, hacen y deshacen a su antojo. Si se ha de luchar contra la corrupción, hay aquí un tema por dónde empezar. Debe tener la sagacidad, el conocimiento y la decisión de poner orden en la administración municipal. Ese sería un buen punto de inicio: desbaratados estos grupos que buscan obtener beneficios particulares, en vez de servir al vecino, se habrá dado un paso firme por el buen camino; y se habrá sentado un precedente en ese sentido: nada con la corrupción, venga de donde venga”, plantea.

Añade que la próxima autoridad municipal debe sumar a su equipo a un experto en contrataciones y adquisiciones del Estado, alguien que dé información precisa y confiable, alguien en quien pueda confiar la tarea de supervisar y ordenar toda el área logística, que, en lo que se refiere a corrupción, se ha convertido en una de las áreas más cruciales y más débiles de la actual gestión. Alguien que haga las cosas como deben hacerse y no como le conviene a tal o cual persona. “No más licitaciones direccionadas, no más compras fraccionadas, no contrataciones judicializadas ni hechas a favor de una u otra persona determinada”, enfatiza Torres Fernández.

“No más licitaciones direccionadas, no más compras fraccionadas, no contrataciones judicializadas ni hechas a favor de una u otra persona determinada”. Pedro Torres Fernández.

Sugiere también que el nuevo alcalde debe predicar con el ejemplo, pues no solo se trata de informar su agenda diaria, se trata de poner a disposiciones de las organizaciones de control y de los ciudadanos en general la documentación que estos requieran justamente para tareas de control. “No queremos más expedientes velados, en los que se tenga que recurrir a procesos de habeas data para conocer la información pertinente”, acota.

Finalmente, señala que si de algo ha adolecido la actual administración, es la poca comunicación con los vecinos. “Vecinos informados y en contacto constante, se convierten en verdaderos aliados en el desarrollo y en la lucha contra la corrupción. Vecinos que puedan informar si las empresas que ejecutan determinadas obras cerca a sus domicilios, las están ejecutando adecuadamente o si nos quieren dar gato por liebre, facilitarían la labor de las instancias municipales, y garantizarían un trabajo eficiente. Después de todo controlarían mejor la ejecución de obras porque se trata finalmente de que hagan un buen trabajo que beneficiaría a todos”, puntualiza.
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