El pasado 15 de abril fue presentado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el informe “Mejorando la nutrición infantil” según el cual en Latinoamérica y el Caribe el porcentaje de niños menores desnutridos de 5 años se redujo de 22% en 1990 a 12% en 2011, además, destaca el caso peruano que con políticas intersectoriales y consistentes desde la Iniciativa de la Desnutrición Infantil el 2006 y la Estrategia Nacional para la Reducción de la Pobreza y Oportunidades Económicas (CRECER) el 2007, de 30% entre 2004 y 2006, se redujo a 20% en 2011.
Sin embargo, advierte que por desnutrición crónica infantil hay más de medio millón de niños peruanos menores de 5 años con retraso de crecimiento. Dentro de los 9 países de Latinoamérica y el Caribe involucrados en el informe, solo Colombia registra mayor número de niños en esta condición (595,000), y después de Perú (566,000), Venezuela (458,000), Bolivia (333,000), Nicaragua (149,000), El Salvador (121,000), República Dominicana (103,000), Panamá (66,000) y Costa Rica (20,000).
Según el INEI, el porcentaje de desnutrición crónica infantil a nivel nacional es 19.5% al 2011 y 18.1% al 2012, sin embargo, estas cifras globales no expresan la realidad de muchas regiones y zonas rurales pobres con cifras altísimas, por ejemplo, 82% de niños ashánincas sufren desnutrición crónica y en la región Loreto 33%; las regiones mineras lideran las tasas: Huancavelica (52%), Cajamarca (36%), Apurímac (31%) y Ayacucho (28%). También en el ámbito rural se registra 37%, más del triple del urbano (10.1%), y en la Sierra global 35%. Inclusive en Lima metropolitana (6.8%) es la misma tasa del 2005, donde además 111,000 niños menores de 3 años padecen de anemia.
Otro grave problema asociado es el déficit calorífico en hogares rurales con niños y adolescentes que se incrementó en 10% el 2012. Según un estudio de octubre pasado de la ONG Oxfam –en base a información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables– más de 13 millones de peruanos (47.5%) no logran cubrir sus requerimientos nutricionales suficientes para tener una vida saludable.
Bajo este panorama, la desnutrición crónica infantil representa un grave problema en nuestro país, y debe ser resuelto con mayor convicción y celeridad, principalmente en las zonas más pobres, pues sufrida durante los primeros años de vida genera impactos irreversibles, ocasionan más y severas infecciones, menor crecimiento físico y desarrollo psicomotor aumentando el riesgo de mortalidad infantil y materna, lo cual tiene un fuerte impacto en nuestro desarrollo social y económico.
Sin embargo, advierte que por desnutrición crónica infantil hay más de medio millón de niños peruanos menores de 5 años con retraso de crecimiento. Dentro de los 9 países de Latinoamérica y el Caribe involucrados en el informe, solo Colombia registra mayor número de niños en esta condición (595,000), y después de Perú (566,000), Venezuela (458,000), Bolivia (333,000), Nicaragua (149,000), El Salvador (121,000), República Dominicana (103,000), Panamá (66,000) y Costa Rica (20,000).
Según el INEI, el porcentaje de desnutrición crónica infantil a nivel nacional es 19.5% al 2011 y 18.1% al 2012, sin embargo, estas cifras globales no expresan la realidad de muchas regiones y zonas rurales pobres con cifras altísimas, por ejemplo, 82% de niños ashánincas sufren desnutrición crónica y en la región Loreto 33%; las regiones mineras lideran las tasas: Huancavelica (52%), Cajamarca (36%), Apurímac (31%) y Ayacucho (28%). También en el ámbito rural se registra 37%, más del triple del urbano (10.1%), y en la Sierra global 35%. Inclusive en Lima metropolitana (6.8%) es la misma tasa del 2005, donde además 111,000 niños menores de 3 años padecen de anemia.
Otro grave problema asociado es el déficit calorífico en hogares rurales con niños y adolescentes que se incrementó en 10% el 2012. Según un estudio de octubre pasado de la ONG Oxfam –en base a información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables– más de 13 millones de peruanos (47.5%) no logran cubrir sus requerimientos nutricionales suficientes para tener una vida saludable.
Bajo este panorama, la desnutrición crónica infantil representa un grave problema en nuestro país, y debe ser resuelto con mayor convicción y celeridad, principalmente en las zonas más pobres, pues sufrida durante los primeros años de vida genera impactos irreversibles, ocasionan más y severas infecciones, menor crecimiento físico y desarrollo psicomotor aumentando el riesgo de mortalidad infantil y materna, lo cual tiene un fuerte impacto en nuestro desarrollo social y económico.
Diario Expreso
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