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| Foto: David Álvarez Veloso |
En América Latina y el Caribe se han realizado 103 informes nacionales. Si bien los informes son sobre “desarrollo humano” no todos los equipos a cargo de las investigaciones siguen una misma metodología para analizar los problemas que enfrenta el país. El desarrollo humano, como perspectiva, tiene como fin poner a las personas en el centro del desarrollo, alejándose de la idea que los ingresos o las condiciones materiales son los principales factores del desarrollo. Siguiendo esta lógica, uno de los temas que han trabajado los equipos que investigan el desarrollo humano en América Latina ha sido el estudio de los imaginarios.
Pero muchos se preguntarán ¿qué son los imaginarios? Y ¿cuál es su relación con la perspectiva sobre desarrollo humano? Para explicarlo de manera simple, lo que no siempre es posible en las ciencias sociales, los imaginarios son las percepciones e ideas que tienen las personas, las cuales terminan por construir la realidad y las relaciones sociales. No se trata de analizar la opinión pública sino de estudiar el conjunto de ideas y visiones que tienen las personas respecto a la sociedad. Dichas ideas y visiones tienen un impacto en lo que la gente piense que es factible de realizar. Un ejemplo para entender esto lo entregan los informes nacionales de Bolivia y Chile. En estos informes se ha investigado acerca de lo que piensan y sienten las personas a través de distintas técnicas -grupos focales, grupos de discusión, encuestas, entrevistas, entre otras – con el objetivo de entender las nociones que tienen las personas sobre la sociedad en que viven, lo que permite –a juicio de los investigadores- entender de mejor forma por qué los sujetos tienden a actuar de determinadas formas.
Uno de los informes chilenos trató el tema del poder. En él se investigaron los imaginarios de las personas acerca de su poder personal y el de la sociedad, analizando también la forma en que el poder se distribuye. Describir esto, sostiene el informe, tiene consecuencias directas sobre las capacidades de acción individuales y colectivas: “hay imaginarios que definen identidades pasivas y subordinadas, y otros que favorecen posturas proactivas y autónomas. Unos le dan un valor positivo a la acción colectiva, y otros la consideran una amenaza. Las definiciones culturales del poder son parte del poder mismo.” El análisis permitió determinar tres tipos de imaginarios del poder: el poder entendido como autoridad y orden, como acción y como un obstáculo. Cada uno de ellos tiene consecuencias directas en la forma en que cada persona vive y se desenvuelve en la sociedad.
Es por esto que los imaginarios tienen importantes consecuencias para la acción de las personas, pues ellos definen un horizonte de lo que es considerado como real y posible por los distintos miembros de una sociedad. Los informes de Bolivia también han trabajo los imaginarios. El informe de 2006 analizó el Estado contrastando los imaginarios y las prácticas en torno a él. Lo que se constató fue que existen visiones polarizantes del Estado pero también se pudo distinguir lo que une, es decir, el surgimiento de un nuevo sentido común.
E aquí la importancia política en el estudio de los imaginarios, ya que es posible determinar nuevas ideas compartidas que están latentes y, potenciarlas para crear unidad nacional y nuevas prácticas sociales. El estudio de los imaginarios pone en el centro a las personas, sus necesidades, miedos, prejuicios e ideas sobre la sociedad. Entenderlos es un paso importante si se quiere ampliar las capacidades de las personas. ¿Qué opinas del estudio de los imaginarios?
Blog Humanum
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