marzo 22, 2012

LOS COLMOS DE OLMOS: ¿ALÓ, COFIDE?

El debate nacional para poner límites a la propiedad de la tierra tiene su epicentro de la irrigación de Olmos, en Lambayeque. El modelo de subasta favorece a la gran industria, dejando al margen a agricultores locales y profesionales sin las colosales espaldas financieras exigidas.


El año pasado, el ex ministro de Agricultura, Miguel Caillaux, esbozó una alternativa viable que hubiera permitido democratizar el acceso a la tierra a medianos agricultores. Al final de cuentas, el Estado fue quien financió la construcción del túnel transandino que hizo realidad la irrigación. Pero Cofide se echó para atrás. El anuncio de la segunda subasta de Olmos, el próximo 12 de abril, vuelve a poner el tema sobre el tapete.

En diciembre último, una sola empresa se adjudicó 15,600 de las 18,700 hectáreas del proyecto de irrigación Olmos subastadas en la primera venta: el Grupo Gloria. El próximo 12 de abril se realizará la segunda subasta. Y ya se está armando el bolondrón. Esta última semana, la Comisión Agraria del Congreso exhortó al Ejecutivo para que dicte medidas correctivas en contra de la concentración de tierras en manos de un solo propietario, mientras que en Lambayeque las aguas no están quietas.

Para muchos, particularmente en Lambayeque, el resultado de diciembre fue descorazonador. Durante casi cien años, la irrigación Olmos ha sido un anhelo de esa región. Y ahora resulta que las tierras pasarían a muy pocos. El fin de semana pasado, el presidente Ollanta Humala aseguró en Tarma que “estamos promoviendo la economía, estamos haciendo políticas de distribución, porque el crecimiento económico, si no se distribuye, no sirve de nada”. Sin embargo, en Olmos se le está pasando la pelota por la huacha.

COFIDE SE ECHÓ PARA ATRÁS
El viernes 17 venció el plazo de inscripción de la segunda subasta de Olmos, sin la presencia del Estado. POR SEGUNDA VEZ
El año pasado, el entonces ministro de Agricultura, Miguel Caillaux, recibió el encargo del Presidente de ordenar a la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide) comprar 8 mil hectáreas en Olmos. La idea era que la financiera estatal adquiriese lotes, para que estos fuesen parcelados en unidades de 25 a 100 hectáreas y adjudicados en fideicomiso a pequeños y medianos agricultores con el fin de “democratizar el acceso a la tierra”, explica Caillaux.

El presidente Humala y el primer ministro Salomón Lerner dieron su aval. “Las cosas estaban muy avanzadas”, asegura Caillaux. Pero el plazo de inscripción de esta primera subasta venció el 10 de noviembre de 2011, y Cofide no fue de la partida. Caillaux —ese día en accidentada negociación con la Junta de Usuarios de Riego en Andahuaylas— recién se enteró esa noche de que la financiera se había echado para atrás. El presidente de Cofide, Alfonso Zárate, alegó requerir una resolución ministerial para acatar la orden del Ejecutivo. Todo parece indicar que el Ministerio de Economía y Finanzas le bajó el pulgar a la propuesta.

Por otro lado, el presidente regional de Lambayeque, Humberto Acuña, rechazó conceder una prórroga. A cambio, ofreció otorgar áreas adyacentes a la irrigación con agua de subsuelo.

EL TREN Y EL BURRO
Al ser informado de la contrapropuesta, “el Presidente se puso como un pichín”, recordó Caillaux. “¿Me quiere decir que hemos perdido el tren, pero que nos han dejado un burro amarrado a un poste?”, indagó el mandatario. Pues el gobierno perdió esta semana el tren por segunda vez. De Cofide, ni la sombra. En la vitrina, 17 lotes de mil hectáreas y dos de aproximadamente 250 hectáreas cada uno. El precio base por hectárea es de US$ 5 mil, que incluye el precio de la tierra más una fianza de US$ 700 por hectárea por concepto de agua.

En ese plan, se necesitan las espaldas financieras de Naylamp para conseguir una parcelita en Olmos. El exhorto de la Comisión Agraria del Congreso del miércoles 21 dice responder a “los múltiples reclamos de cientos de pequeños y medianos empresarios, quienes no pueden ser parte beneficiaria del proyecto Olmos”. La iniciativa fue del congresista Virgilio Acuña, sobrino del presidente de la región Lambayeque. Acuña plantea reducir “las áreas de los lotes de 500 a 250 hectáreas, para impulsar la mayor opción de compra por parte de las pequeñas empresas y de los medianos agricultores y facilitarles el acceso”. Mientras tanto, el Gobierno Regional de Lambayeque informó que diez empresas se inscribieron para la subasta de abril, sin revelar los nombres. “No es bueno para la subasta que los postores sepan quiénes son los rivales. Podrían haber arreglos”, explicó Fernando Cillóniz, presidente de la comisión de subasta. No se confirmó ni desmintió si el Grupo Gloria vuelve a postular. Es que eso ya sería leche concentrada.

A PRECIO HUEVO
El actual modelo de subasta está diseñado para el acceso solo de los grandes inversionistas en el agro. No solo los lotes en venta son mayúsculos, sino que la subasta se rige por un algoritmo que hace que el que compra más tierras, paga menos. “El software lo elaboraron unos geniecillos de la Universidad de Stanford”, contó Cillóniz. Así, el Grupo Gloria compró en diciembre 15,600 hectáreas casi al precio base de US$ 4,250 la hectárea.

En cambio, Angloamerican pagó US$ 12,500 por hectárea, y los frutícolas de Ica y Chavimochic entre US$ 7 mil y US$ 8 mil. “Con el agravante de que cada hectárea le costó al Estado peruano aproximadamente US$ 20 mil. Si se venden a US$ 5 mil en promedio, quiere decir que estamos subsidiando a la gran empresa”, declaró José León, presidente de la Comisión Agraria. “Exhortamos al gobierno para que la adjudicación de estas tierras no siga en los mismos términos, y menos aún que quede en manos de un nuevo grupo que está concentrando tierras, y con eso poder político, económico y social”, argumentó.

La familia Rodríguez Banda, propietaria de Gloria, ha apiñado tierras agrarias con la avidez de un corregidor colonial en los últimos quince años. Con las tierras de Olmos, ya controla más de 80 mil hectáreas en el ámbito nacional, una dimensión insólita aun en contraste con el gran latifundio de antes de la reforma agraria de 1969.  La posición de dominio de Gloria en el mercado nacional de la leche y el azúcar es avasalladora. Basta un incremento en el precio del azúcar de S/. 0.50 el kilo para financiar su compra en Olmos.

VOLUNTAD POLÍTICA
En las próximas semanas, se sabrá si el gobierno de Humala tiene la voluntad política de resolver el entuerto. La subasta de Olmos recae en el ámbito de autonomía del Gobierno Regional de Lambayeque, que a su vez adjudicó en concesión privada el desarrollo de la irrigación a la empresa H2Olmos de la constructora brasileña Odebrecht por 25 años.

Según el contrato, la concesionaria iniciará las obras solo cuando se vendan las 38 mil hectáreas de Olmos. La compra por parte del Estado de 8 mil hectáreas contribuiría a despejar esta incertidumbre, y hasta el precio por el saldo rematado podría subir. Pero habría que darle una prórroga a la subasta. ¿Será esto pedirle peras al olmo? “El Ejecutivo es quien ha dado el dinero para la construcción del túnel transandino, sin el cual no existiría la irrigación, y es responsable de dictar políticas que favorezcan al desarrollo. El Gobierno Regional de Lambayeque no puede ser una especie de estado federal con políticas erradas”, criticó finalmente León.
Caretas

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