marzo 18, 2013

CHICLAYO NO TIENE POLÍTICA DE GESTIÓN MUNICIPAL

Preocupado por la inexactitud de algunas críticas dadas a los técnicos municipales, el arquitecto Jorge Incháustegui Samamé, jefe de la Oficina de Proyectos Especiales de la comuna de Chiclayo, lamenta la falta de decisión política de las autoridades ediles para asumir la aprobación del Plan de Desarrollo Urbano de la ciudad que está encarpetado desde el año 2010.

Las declaraciones que el ex gerente de Urbanismo hace a Expresión corresponden, afirma, a la posición de los profesionales que trabajan en la comuna y que, ajenos a las posturas políticas, batallan contra las limitaciones que el mismo gobierno edil pone al avance de una serie de proyectos que, de ejecutarse, posibilitarían el orden y modernización de Chiclayo como ciudad y metrópoli.

EL PDU EN ESPERA 
Jorge Incháustegui enfoca su malestar en la conducta del Concejo Municipal que desde inicios del 2011 tiene bajo su potestad la aprobación del Plan de Desarrollo Urbano – PDU que se elaboró en el bienio 2008 – 2010 con participación plena de la sociedad civil, las universidades y colegios profesionales.

Debido a la falta de priorización que existe respecto a este tema en el seno edil, la ciudad sigue rigiéndose por el Plan Director de 1992, herramienta técnica que a la fecha está desactualizada y cuya aplicación genera incongruencia entre las nuevas normas de desarrollo urbano y los parámetros de modernización metropolitana.

“Hay ahora mucha gente que critica y sin embargo no reconoce lo que ya se hizo y la elaboración del Plan de Desarrollo Urbano, así como la conformación del Comité Especial de Promoción de Inversiones – CEPRI para el Terrapuerto es parte de ello, parte de lo que se ha logrado pese a la oposición política que ha sido fuerte al interior del concejo municipal y que ha venido, incluso, de regidores del oficialismo”, señala.

El funcionario explica que el Plan de Desarrollo Urbano, cuya coordinación en los dos últimos años estuvo a cargo de la arquitecta Jenny Guado Zavaleta, fue entregado en físico y en digital a cada uno de los 15 regidores de la comuna para su análisis y evaluación. “Están las actas que comprueban la entrega del documento y los CD a los regidores, por eso sería bueno preguntarles a ellos, a todos, si revisaron o no el Plan y por qué no se ha aprobado hasta el momento”, indica.

NO LE HICIERON CASO
Sin embargo, es preciso señalar que el 16 de noviembre del 2012 el concejal de oposición Manuel Cabrejos Tarrillo cursó documentación a la entonces alcaldesa encargada Elizabeth Montenegro López para que se retome el asunto del Plan de Desarrollo Urbano, solicitando, incluso, que se pida al Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI su opinión técnica respecto al contenido de la herramienta, la organización de tres jornadas de debate y la programación de una sesión extraordinaria para la aprobación del estudio. La carta de Cabrejos Tarrillo fue una de las tantas alcanzadas también al alcalde Roberto Torres Gonzales sin que hasta la fecha se haya puesto en agenda del colegiado municipal el tratamiento y discusión del plan.

“En una sesión de concejo acudimos listos para exponer el plan y sin embargo no se tocó el tema, por ello, a nombre de los técnicos y profesionales, y creo también de los vecinos, hago un llamado a la cordura a los señores regidores, tanto de la oposición como oficialistas, para que dejen por un momento sus asuntos personales y políticos y aborden los aspectos técnicos que la ciudad necesita. El Plan de Desarrollo Urbano ya está aprobado por el Ministerio de Vivienda y su necesidad es urgente”, manifiesta el funcionario.

HERRAMIENTA INTEGRAL
Incháustegui Samamé refiere que el Plan de Desarrollo Urbano de Chiclayo recoge las recomendaciones y alcances de otras importantes herramientas técnicas que se elaboraron como el Plan de Gestión y Mitigación de Riesgos y Mapas de Peligro del 2003 logrados por el INDECI y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, y se empezó a diseñar atendiendo el planteamiento del estudio Geo Chiclayo del 2008, documento que trabajaron el PNUD, la Universidad Señor de Sipán y el gobierno provincial.

En consecuencia, el PDU se trata de un plan de amplia base y que, de aprobarse, debe constituirse en el punto de partida para el ordenamiento metropolitano de Chiclayo, aun cuando su período inmediato de vigencia, desde el 2010 en que se culminó, sea de cinco años. Quiere decir, que en el 2015 el estudio deberá reestructurarse, pese a que prácticamente se han perdido dos años de su aplicabilidad.

Empero, a decir del jefe de la Oficina de Proyectos Especiales de la comuna provincial, el plan contiene las disposiciones normativas que en adelante deben regir en la ciudad, por lo que su tiempo de vigencia puede extenderse más allá del 2015, siendo necesaria, eso sí, su actualización periódica.

“Lo más urgente que la ciudad necesita es la normativa que está especificada en el PDU, por lo que con el paso de los años las recomendaciones pueden irse aplicando y renovando. Es importante señalar que algunas de las obras de carácter metropolitano que sugiere el plan ya se han empezado ejecutar, esto como una intención de los técnicos por ir ganando tiempo y proporcionarle a la ciudad la infraestructura que necesita”, indica.

OBRAS DEL PLAN
Cita, por ejemplo, la construcción de la Prolongación Bolognesi, que es uno de los proyectos propuestos por el Plan de Desarrollo Urbano. En este orden también se encuentran el Paseo Ecológico Yortuque, cuyo diseño y gestión fue impulsado por los vecinos de la Urbanización Villarreal siguiendo los lineamientos del PDU aún no aprobado, y la conformación de la CEPRI para concursar la construcción del Terrapuerto.

“Necesitamos la inmediata aprobación del PDU que se concluyó en el 2010 porque estamos trabajando en función a lo que dice el Plan Director del año 92 que ya está desfasado y es obsoleto. Los nuevos criterios urbanísticos no concuerdan con lo que dice el Plan del 92 y por eso es que surgen incompatibilidades que se pueden interpretar como acciones de irregularidad o falta a la norma”, señala Jorge Incháustegui.

El Plan de Desarrollo Urbano señala diversos aspectos de cómo, en adelante, debería ser el tratamiento de las edificaciones en la ciudad, toda vez que establece la altura, densidad, proporciones y otros aspectos arquitectónicos de acuerdo a la zonificación que se da a Chiclayo bajo nuevos parámetros de desarrollo. La herramienta indica cuáles deben ser las características de las construcciones por cada lote que existe en el área metropolitana.

INTERPRETACIONES Y ADECUACIÓN
Empero, existen herramientas como el Plan de Gestión y Mitigación de Riesgos que sí fue puesto en vigencia tras ser aprobado por el concejo municipal en el año 2004, y consideran restricciones en el ámbito de la construcción que no se habrían tomado en cuenta en los últimos siete años.

De este estudio se desprende, por ejemplo, que el Parque Principal es el área más vulnerable de la ciudad por la elevada napa freática que presenta lo que en un movimiento sísmico de regular magnitud ocasionaría fenómenos de licuación de suelos con posterior desplome de estructuras. Siendo así, la comuna provincial no debió aprobar la construcción de las tiendas Ripley, dada la alta concentración de personas y el peligro que esto representa.

Para Incháustegui Samamé, quien hasta el año pasado ocupó la gerencia de Urbanismo de la comuna, estas apreciaciones que fueron reafirmadas por el sismólogo y reconocido experto internacional Julio Kuroiwa no son del todo exactas, debido a que el estudio no emite prohibiciones.

“El plan no dice que no se puede construir. Al contrario, sí se puede siempre y cuando se cumpla con ciertas metodologías constructivas que sopesen los posibles riesgos. Ese fue uno de los cuestionamientos que retrasaron la conformación de la CEPRI para el Terrapuerto, pues se señaló que el terreno (ubicado entre la Vía de Evitamiento y la Avenida Grau) tenía depresiones topográficas, lo mismo que el área donde se construyó el Hospital Regional y que finalmente se solucionó el problema mejorando la condición del suelo”, detalla.

SIN POLÍTICA DE CIUDAD
El funcionario señala con firmeza que sin Plan de Desarrollo Urbano es imposible conducir la ciudad, más aún porque no se cuenta con una patrón actualizado de lo que debe ejecutarse para lograr el progreso de la metrópoli.

“Es una herramienta que fue elaborada por los estamentos técnicos de la sociedad y ese aporte tan valioso no puede ser desperdiciado. Todo está listo, incluso se tiene proyectada la Ordenanza Municipal para ser aprobada y suscrita por los regidores. Tal es la importancia de este plan que incluso funcionarios del Ministerio de Vivienda que lo revisaron quieren venir a Chiclayo y participar de la exposición ante el concejo edil. Solo hace falta decisión política y consenso entre los regidores”, afirma.

Incháustegui Samamé es consciente que lo que se requiere en la coyuntura actual es sumar esfuerzos por Chiclayo y trabajar con objetivos claros sobre lo que se quiere para la ciudad en el futuro inmediato. “Chiclayo no tiene política de gestión municipal, eso es lo peor que le puede suceder a una ciudad y lamentablemente mientras no se apruebe el PDU no la habrá. Pareciera que la política y las formas de conducir la ciudad está en la cabeza de cada uno de los que conforma el cuerpo edilicio, desde el alcalde hasta los regidores que son los que finalmente tienen que tomar las decisiones”, asevera.

CONTRADICCIONES MUNICIPALES
En nuestra edición 805 en Expresión evidenciamos algunas presuntas irregularidades que desde la Gerencia de Urbanismo, en el tiempo en el que Jorge Incháustegui estuvo al frente de esta, se habrían cometido en perjuicio del ordenamiento de la ciudad, pasando por alto los planes futuros que el PDU contiene.

La existencia de los terminales de buses de las empresas Ittza y Flores Hermanos son dos claros ejemplos del incumplimiento de las disposiciones municipales que prohíben la construcción de este tipo de edificaciones en el centro de la ciudad, debido a la congestión vehicular que generan.

“La Gerencia de Desarrollo Urbano de la municipalidad nunca autorizó la construcción del terminal de Ittza y es más, todavía se está a tiempo de aplicar los procedimientos sancionadores. Sin embargo, hay que ser claros en decir que hay una resolución de la gerencia que dispone algo y luego hubo una de alcaldía que dijo otra cosa. En concreto, Urbanismo ordenó la demolición del terminal, pero la resolución nunca fue efectivizada”, revela Incháustegui Samamé.

LOGROS Y AVANCES
Por otro lado, el funcionario destaca que la comuna haya logrado el apoyo de la Cooperación Suiza para la implementación del Sistema Integrado de Residuos Sólidos, señalando que esto se dio gracias a los esfuerzos técnicos y de gestión que se iniciaron a nivel internacional y que en mayo próximo deberán cristalizarse con la contratación de la consultoría que tendrá a cargo la puesta en marcha del proyecto. Son más de 60 millones de euros a invertir.

“Hay logros que se están obteniendo para Chiclayo pero que algunos nos los quieren reconocer. No todo es malo, no todo es corrupción, hay necesidad de dejar de lado un poco el tema político para dedicarnos a lo que verdaderamente necesita la ciudad. La Cooperación Suiza nos da un claro mensaje, ellos no han tenido hasta ahora la intención de retirar su apoyo a la comuna, pero sí han bajado el ritmo del proyecto por la coyuntura política que evidentemente afecta a todos”, manifiesta. Jorge Incháustegui.

El funcionario refiere que otros proyectos también están en planificación por parte de los técnicos municipales y uno de ellos es el de un Sistema de Transporte Masivo para la ciudad, toda vez que ya se ha presentado a la comuna una tentativa de inversión privada en este aspecto para lo cual, en los próximos meses, se estaría conformado un nuevo CEPRI a fin de evaluar la propuesta y convocar a concurso público su concesión.

“Es una empresa que ya opera en Lima y que ha llegado a realizar algunos diagnósticos a fin de elaborar una propuesta interesante para la ciudad. Sin embargo, nuevamente dependerá mucho de la responsabilidad política con la que se atienda el tema en el concejo municipal, porque son oportunidades que no podemos darnos el lujo de desperdiciar”, asegura.

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El presidente del CEPRI que evalúa la iniciativa privada del Terrapuerto de Chiclayo, Jorge Nakazaki Servigón, ha señalado que está listo para exponer la propuesta en el concejo municipal a fin que este declare de interés la ejecución del proyecto. Logrado esto la comuna deberá convocar a concurso público la concesión para que la mejor propuesta privada sea la que finamente construya el terminal.

Obra que se ejecutará este año será la continuación de la Avenida Chinchaysuyo hasta la Avenida Colectora para unirla con la calle Cajamarca y la Avenida Salaverry. Ese sería el primer anillo vial de Chiclayo. Lo mismo se pretende realizar con la Avenida Fitzcarrald para conectarla con la Avenida Chiclayo.

Según Jorge Incháustegui está próxima a lanzarse la convocatoria para la elaboración del expediente técnico del intercambio vial de la Avenida Chinchaysuyo con Avenida Haya de la Torre.

El jefe de la Oficina de Proyectos Especiales de la MPCH considera que la iniciativa del Movimiento Cívico de Chiclayo de conformar mesas temáticas para alcanzar aportes técnicos para el desarrollo de la ciudad es positiva y debe ser concretada.

Incháustegui Samamé reconoce también que la obra de saneamiento que se ejecuta en el centro de la ciudad tiene errores técnicos y de capacidad por parte de la constructora.

La comuna estaría lanzando en las próximas semanas la conformación de la Agencia de Fomento de la Inversión Privada – AFIP, un órgano autónomo con carácter vinculante en el que se aglutinen las principales instituciones de la ciudad para promover inversiones en Chiclayo.
Semanario Expresión

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