julio 04, 2011

RUTA QUETZAL 2011 / ZAÑA CUNA DE LOS AFROPERUANOS Y EL RESCATE DE LA MARIMBA


Zaña, última estación peruana para la Ruta Quetzal BBVA 2011. La diversidad cultural presente en este país es tan sorprendente que en esta ciudad fundada con el nombre de Villa Santiago de Miraflores de Zaña vive una comunidad con la que todavía no nos habíamos topado: los afroperuanos. De su mano, personificada en Ildebrando Briones, conocemos la composición métrica de la décima usada por Calderón de la Barca o Martínez Espinel (a la propia estrofa se le conocía con el sobrenombre de “espinela”) que fue acogida como propia por los hombres de color trasladados a Perú. La hicieron suya.

“Ayer me gritaron negro/ Les juro que me gustó/ Cuando yo le dije cholo / El cholo se molestó”. Es uno de esos grupos de versículos que idea Brando Briones y que hoy compone para los jóvenes ruteros. Se los recita junto a María Antonieta Samaqueco, en un entorno privilegiado, los restos seudoderruidos de la Iglesia de San Agustín. Se trata de una de las siete iglesias existentes en esta población de 12.013 habitantes.

Este verso clásico español tiene una métrica conocida: el primer verso tiene que rimar con el cuarto y el quinto; el segundo con el tercero; el sexto con el séptimo y décimo; y el octavo liga con el noveno. Briones nos explica que los negros del Perú también las cantan, las sienten como especiales y, aunque la composición nació en España, ahora son los afroperuanos los que la acunan con más asiduidad. En su recibimiento a los jóvenes quetzales, este anciano les lanza también un mensaje particular escondido en la poesía: de África vino la esclavitud, de España, la religión y el idioma. Los españoles conquistaron Zaña y fueron trayendo a estas tierras la décima a través de los juglares y los curas cuando la ciudad estaba en apogeo, en el siglo XV.
También trajeron en la época colonial los contingentes sometidos de trabajadores procedentes de África y Asia para trabajar las tierras y ser esclavos del servicio. La fusión de negros, asiáticos, españoles e indígenas se forjó entonces y constituyen hoy los rasgos característicos del poblador zañero. “El negro llegó al Perú / Con repiques de tambores / Bailó sin tener pudores / Contra toda esclavitud”, escribe el “decimista” Briones.

Derruida en el año 1720
Michel nos enseña el río, que duplica su capacidad con las lluvias y nos recuerda la destrucción fatal de Zaña en 1720, cuando atroces diluvios desbordaron el río, obligando al abandono de la ciudad y al traslado de todos sus residentes. La devastación del municipio no pudo con el baile popular de la zaña, que fue adaptándose a los tiempos cultivándose en las fiestas patronales a Santo Toribio o en adaptaciones de canciones infantiles españolas. Zaña posee un espectacular Museo Afroperuano que, desde hoy, contará con un cuadro de Martínez Compañón, el obispo navarro de la diócesis peruana de Trujillo que ha inspirado esta Ruta 2011.

Michel sigue acompañándonos en el paseo por Zaña y sus otras seis iglesias –la de ñ Merced, la matriz o principal, el convento de San Francisco, la iglesia del hospital San Juan de Dios, la parroquia de indios Santa Lucía y la diminuta capilla anexa a la casa donde murió el arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo- y continúa en su disertación. “En Nueva York, tengo la suerte de haberme establecido con una familia zañera y de relacionarme con la numerosa comunidad latina que habita esa ciudad. Por eso, no extraño tanto la comida peruana, porque realmente la americana no me gusta”, dice. “Tuve la gran suerte de que mi tío trabaja en el Madison Square Garden y pude encontrar trabajo, dentro de medio año, cuando ya lleve cinco en el país, conseguiré la nacionalidad que me permitiría llevar a mi familia como estadounidense”, relata.

“No nos dejan ver a las estrellas de los Knicks. Nosotros estamos en un área de cocina, la que llaman comisaría, y preparamos frutas, vegetales… este tipo de cosas que les llegan solo a través de personas específicamente dedicadas a ello y que son las únicas que pueden ver a los jugadores de la NBA”. NBA contra vestigios arquitectónicos y reliquias de un pasado realmente muy difícil. Los negros más ricos, contra las primeras comunidades de indígenas afroperuanos que se instalaron en esta ciudad blanca. Muy blanca. Una vez más, sin haberlo buscado, el Perú de los cambios más radicales nos encuentra a nosotros.

La última decimita de la negra
Los jóvenes de la Ruta sonríen ante la “coloradita” que les suelta la guía negra y ciega que trabaja en el Convento de San Agustín desde hace 13 años, Samaqueco. “Negrita, te mueves tanto / Que al verte pasar yo peco / Cuando vas a hacer un seco, para molerte en culantro”, recita. El trayecto iberoamericano de la Ruta Quetzal acaba en Zaña. Queda el recorrido en el buque de las Fuerzas Armadas, el “Castilla”, que navegará por el Cantábrico y el Atlántico, desde Bilbao a Lisboa. Queda aventura.

El MUSEO AFROPERUANO
Una de esas entidades que defienden y reivindican la cultura negra en todos sus aspectos es el Museo Afroperuano de Zaña, ubicado en la calle Independencia 645 de esa ciudad, “institución que se dedica a la investigación, salvaguardia y difusión del patrimonio cultural material e inmaterial de los afrodescendientes en el Perú con una perspectiva continental”, según se lee en su página web www.museoafroperuano.com. Para mayores detalles, y según información de esta página, “el museo cuenta con cinco salas y una colección de antiguas carretas. Las primeras salas exhiben fotografías, acuarelas, pinturas, dibujos, manuscritos que esbozan la secuencia histórica y la presencia de los afrodescendientes en la cultura peruana. La tercera sala muestra el legado artístico y musical de los afrodescendientes, mediante una valiosa colección de música afroperuana y afroamericana e instrumentos musicales. La sala afroandina pone de manifiesto la historia y las diversas expresiones que representan las relaciones interculturales entre africanos y pueblos originarios andinos del Perú. Finalmente, la sala de tortura presenta instrumentos que fueron empleados para castigar a hombres y mujeres en la época de la esclavitud. Este museo es el primero en su género en el Perú. Es una institución de culturas vivas dedicada a la conservación, estudio y exhibición de la vida, lenguajes, literatura, historia, música y arte de los pueblos afroperuanos y su relación con otras etnias”. El museo además cuenta con una biblioteca especializada.

AL RESCATE DE LA MARIMBA
En el campo de la música, o si se quiere de la etnomusicología, el Museo Afroperuano está empeñado en rescatar antiguos instrumentos afroperuanos que estaban en vías de extinción. Ya lo han hecho con el tronco afroperuano, el checo (incluso el proyecto incluyó la siembra de semillas de calabazas –de la familia de las cucurbitáceas- para fabricar el aparejo), el tambor de botija con cuero de chivo y ahora la marimba.
Según la enciclopedia virtual Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Marimba), la marimba “es un instrumento de percusión, un idiófono, de forma parecida al xilófono. Consiste en un paralelepípedo de madera con una boca superior cuadrangular recogida por los bordes y que ensancha en la parte superior y se estrecha en la parte inferior hasta cerrarse en forma piramidal. Posee una serie de tablas delgadas (lengüetas sonoras) de distintos tamaños, dispuestas de mayor a menor, excavadas por la parte inferior. Estas lengüetas tienen perforaciones en sus extremos, y por esos orificios se atan con cordones que las sostienen suspendidas de clavijas verticales, fijas en un armazón trapezoidal. Cada tecla tiene su propia caja de resonancia”.
La marimba moderna es la conocida como “marimba cromática”, que surgió a partir de la marimba diatónica local que tuvo su origen en el “balafón” que los africanos construyeron en América. Instrumentos parecidos a la marimba son el xilófono, el vibráfono y el glockenspiel (o lira)
Por referencias historias, se sabía que en el norte del Perú, los afrodescendientes tocaban un tipo especial de marimba. La referencia gráfica más notable con que se contaba –acaso la única en su género- era una estampa titulada “Negros tocando marimba” (Nº 142), perteneciente a la serie de acuarelas del Obispo Baltazar Martínez de Compañón y Bujanda, quien desde el Arzobispado de Trujillo realizó en el siglo XVIII la esforzada tarea de dibujar flora, fauna, costumbres, mapas y planos del las principales ciudades y pueblos del norte peruano.
Según la información proporcionada por el Museo Afroperuano: “en la imagen mencionada se podía percibir que la marimba estaba confeccionada con una caja rectangular, que era colocada en el suelo y dos músicos la tocaban con palitos, de rodillas frente a frente. Realmente era muy raro el tipo de instrumento y la forma de ejecución”.
Con esta premisa, el Museo Afroperuano de Zaña se lanzó a la difícil pero no imposible tarea de reconstrucción de la marimba del siglo XVIII, para lo cual contó con la cooperación de varios especialistas e instituciones internacionales y nacionales. “Por la importancia de la reconstrucción, el Museo Afroperuano de Zaña hizo consultas a los artistas de Esmeraldas Hugo Quiñónez y Eriberto Marrett, pues en el pueblo de Esmeraldas hay una tradición ancestral en la confección y práctica musical de la marimba” señalan. También contribuyeron con sus valiosas orientaciones el investigador y artista peruano Rafael Santa Cruz y los especialistas en marimba africana Santiago Michael y Gabriel Amadeo.
Asimismo, con la participación de Luis Páez y Amelia Castelli, representantes de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), con sedes en Ecuador y Perú respectivamente, el museo logró gestionar el viaje de los artistas esmeraldeños Hugo Quiñónez y Eriberto Marrett quienes llegaron a Zaña-Perú el 22 de octubre y luego de un arduo trabajo concluyeron la reconstrucción de la marimba el día 28 del mismo mes. La crónica de su trabajo, citada en la web del museo es toda una odisea: “Ellos afinaron cuidadosamente tecla por tecla el instrumento y finalmente el profesor Quiñónez y la joven peruana Rosa Yampufé, lograron interpretar con la marimba una antigua melodía esmeraldeña titulada “Andarele vámonos”. Simultáneamente a este proceso los artistas enseñaron a tocar marimba a jóvenes norteños en un taller de capacitación.
El 28 de octubre se hizo una ceremonia pública de presentación de la antigua marimba en el local del Museo Afroperuano con participación de Carlos Mendoza, Director Regional del INC- Lambayeque quien apoyó la iniciativa de la presencia en Zaña de los artistas esmeraldeños”.
Cabe señalar que sobre el proceso de reconstrucción de la marimba hay un acta, fotografías y videos (realizado por la productora española Unframe)
Definitivamente la reconstrucción de la marimba peruana por parte del Museo Afroperuano de Zaña es un logro importante, que se suma al de investigadores en el mundo para rescatar estos sonidos ancestrales.

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