Una nueva estadística sobre la distribución de la riqueza en el mundo muestra que el patrimonio de la población de los 40 países más ricos supera en 198 veces el de las 40 naciones más pobres. La riqueza por persona de los 5 países con mayor riqueza supera en 1.700 veces la de los 5 países más pobres. El descenso de la desigualdad en la última década se debe más a un retroceso de la riqueza especulativa de los ricos que de avances en los países pobres. Hasta ahora conocíamos la brecha económica Norte-Sur[1] a través de las desigualdades de renta existentes en el mundo (el “flujo” de lo que se ingresa cada año), pero no se contaba con información de las diferencias de riqueza (el “stock” total de bienes acumulados por los hogares) entre países. El Instituto de Investigación de un banco suizo (Credit Suisse) ha desarrollado una estadística bastante completa sobre la riqueza en 174 países (Global Wealth Report) que resulta de sumar los “activos” que poseen los hogares, incluyendo los bienes financieros (ahorros, inversiones, dinero disponible…) y no financieros (inmuebles, joyas, obras de arte…) y restar los “pasivos” (deudas pendientes). Según esta fuente las diferencias de riqueza por persona entre los 40 países más ricos y los 40 más pobres son siete veces mayores que las diferencias de renta. Si la ratio entre los grupos de más y menos renta en 2012 es de 27, en el caso de la riqueza llega a 198 . La desigualdad es de tal magnitud que obliga a construir un gráfico muy alargado para que los valores de los países pobres resulten mínimamente visibles (Gráfico 1).
En los primeros 40 países del ranking (cuyos habitantes suman algo más de mil millones de personas) la riqueza media supera casi en cuatro veces su renta anual; es decir, lo acumulado históricamente es muy superior al flujo de ingresos anual. En cambio, en los 40 últimos (también algo más de mil millones de personas) la riqueza acumulada es la mitad de la renta anual, por tanto, las rentas se gastan en consumos básicos y apenas se pueden dedicar a incrementar los patrimonios. Entre estos dos polos se sitúan los 94 países intermedios (cuatro mil millones de personas, más de la mitad en China e India), cuyo patrimonio medio es muy similar a su renta anual.
Distribución de la riqueza por grandes regiones.
América del Norte y la Unión Europea, donde vive el 13,2% de la población mundial, concentran el 59,3% de la riqueza (136 billones de dólares en 2012). En el otro extremo, se sitúan el continente africano, la India, el resto de Europa, América Latina y China, que reúnen al 63,1% de la población y sólo al 17,8% de la riqueza (41 billones). En situación intermedia el resto de Asia y del Pacífico (que incluye países muy dispares, como Japón, Filipinas o Vietnam), con tasas más equilibradas: 23,6% de la población mundial y 22,9% de la riqueza (53 billones) (Gráfico 2).
Los cinco países más ricos, en valores absolutos, son Estados Unidos, Japón, China, Francia y Alemania, que concentran el 60% de la riqueza mundial de los hogares. Sin embargo, la riqueza relativa (por persona) es mayor en Suiza, Australia, Noruega, Luxemburgo y Suecia, cuya población de 45 millones de habitantes dispone de un patrimonio medio de 303.000 dólares. La riqueza por persona de estos 5 países es mil setecientas veces mayor que la de los 5 países más pobres, todos africanos (Guinea-Bissau, Etiopía, Burundi, República Democrática del Congo y Malawi) cuyos 193 millones de habitantes sólo alcanzan 161 dólares de patrimonio medio.
La brecha de desigualdad se ha reducido en la última década
Hasta aquí tenemos una foto fija de la distribución de riqueza en la actualidad. Pero es importante conocer cuál es la dinámica que se ha registrado en los últimos años, que coinciden con el cambio de ciclo económico, a partir de la crisis de 2007-2008. En 2001 la riqueza media por persona en los 40 países más ricos del mundo experimentó una bajada del 8,4%, como consecuencia del pinchazo de la burbuja especulativa de las empresas “punto com”, para subir un 32,5% entre ese año y 2007, y caer de nuevo un 19,2% a raíz de la crisis económica de los últimos cinco años (línea azul del Gráfico 3).
En conjunto, el patrimonio medio por persona en el grupo de países más ricos ha experimentado un descenso del 2% entre 2000 y 2012 (-3.600 dólares en valor monetario constante, a precios de 2012). Sin embargo, existen diferencias regionales importantes dentro de este club de países ricos: en la Unión Europea se registró un incremento del 21% (+17.000$), y en América del Norte una disminución del 14% (-31.000$). El punto de partida era muy favorable a los hogares norteamericanos cuyo patrimonio medio en el año 2000 doblaba al de los europeos [2], una ventaja que se ha reducido a la mitad (+53%) en el año 2012.
España se sitúa en 2012 en el grupo de los países más ricos, ocupando el puesto 26 en el ranking de riqueza por persona (el décimo del mundo por la riqueza total de los hogares). Su evolución desde el año 2000 ha estado marcada por los dos ciclos económicos de la década, de expansión hasta 2007 y de recesión a partir de entonces. Después de una caída del 5,2% en 2001, más suave que la experimentada por el grupo de países ricos, experimentó un crecimiento extraordinario del 93,7% entre 2001 y 2007, para bajar un 43,2% entre 2007 y 2012. Fluctuaciones muy elevadas que han estado asociadas a la expansión y posterior pinchazo de las burbujas inmobiliaria y financiera [3], principales activos del patrimonio de los hogares. De esta manera, la riqueza por persona en España en 2012 es sólo un 4,4% más elevada que en el año 2000 (+3.800 euros), un saldo bastante inferior a la media de la Unión Europea (+21%) y con una tendencia a la baja más pronunciada en los últimos años. Por su parte, los 40 países más pobres y los 94 intermedios duplicaron su riqueza por persona entre 2000 y 2007 para reducirla en 2008 en una cuarta parte. A partir de entonces, los intermedios siguieron aumentado su riqueza y los más pobres la redujeron de nuevo en un 13%. En el caso de los 94 países intermedios, conviene destacar el peso determinante de China, pues su riqueza por persona creció un 138% entre 2000 y 2012, mientras el resto de países intermedios aumentó un 49,6
En definitiva, la brecha de desigualdad entre países sigue siendo inmensa, pero las diferencias se han reducido de forma significativa entre los 40 países más ricos y los países intermedios (en este caso por la incidencia de China y, en menor medida, la India), y de forma menos intensa con los 40 países más pobres, que han incrementado su patrimonio medio por persona en un 25% (de 700 a 872 $). Si la riqueza media de los 40 países más ricos en el año 2000 era 34 veces mayor que la de los países intermedios y 252 veces mayor que la de los 40 países más pobres, en 2012 esa ratio pasó a ser de 19 y 198, respectivamente. ¿Quiere decir esto que caminamos progresivamente hacia un mundo menos desigual en términos de riqueza monetaria? A la vista de la evolución que muestra el Gráfico 4 parece que pesa más la caída de riqueza de los países ricos, producto de la desvalorización de patrimonios basados en la especulación, que el avance de los países pobres. En todo caso, hay una cierta expansión en algunos espacios de la antigua “periferia”, basados en una extensión del modelo capitalista y de la acumulación a zonas que habían permanecido al margen de las inversiones globalizadas. Por otra parte, siguen faltando datos para mostrar la evolución del reparto de la riqueza entre las poblaciones de los distintos países. Con ellas nos veríamos obligados a matizar un diagnóstico demasiado optimista. Al menos, en el caso español sabemos que en España las diferencias de patrimonio entre el 25% de hogares más ricos y el 25% más pobre aumentaron de 39 a 50 veces entre 2005 y 2009 (ver indicador 10 del ámbito Renta y Patrimonio del Barómetro social) y que entre 2011 y 2013 se ha incrementado el número de “ultra ricos”, como comentábamos en un post anterior.
[1] Indicador Nº 1 del ámbito de Relaciones internacionales del Barómetro social de España. Se obtiene a partir de los datos de población y PIB en paridad de poder adquisitivo que publica anualmente el Banco Mundial para 173 países. En las próximas semanas se incluirá un nuevo indicador de distribución de la riqueza en el mundo basado en la nueva estadística que avanzamos aquí.
[2] En los cálculos se incluyen los 28 países que forman actualmente la Unión Europea.
[3] El precio del metro cuadrado de vivienda, en euros constantes, subió un 76% entre 2001 y 2007 y bajó un 24,8% entre 2007 y 2012; y el valor de las acciones aumentó un 96,4% en el primer período para bajar el 24,8% en el segundo. Ver indicadores 11 de Renta y 1 de Vivienda del Barómetro Social de España. La comparación entre las tendencias del PIB mundial, más moderada y regular, y la de la riqueza, con picos y caídas mucho más pronunciados (Gráfico 3) muestran la importancia del componente especulativo de buena parte de la riqueza, ligadas a las fluctuaciones de los valores monetarios, bursátiles e inmobiliarios.
Barometro Social de España
En los primeros 40 países del ranking (cuyos habitantes suman algo más de mil millones de personas) la riqueza media supera casi en cuatro veces su renta anual; es decir, lo acumulado históricamente es muy superior al flujo de ingresos anual. En cambio, en los 40 últimos (también algo más de mil millones de personas) la riqueza acumulada es la mitad de la renta anual, por tanto, las rentas se gastan en consumos básicos y apenas se pueden dedicar a incrementar los patrimonios. Entre estos dos polos se sitúan los 94 países intermedios (cuatro mil millones de personas, más de la mitad en China e India), cuyo patrimonio medio es muy similar a su renta anual.
Distribución de la riqueza por grandes regiones.
América del Norte y la Unión Europea, donde vive el 13,2% de la población mundial, concentran el 59,3% de la riqueza (136 billones de dólares en 2012). En el otro extremo, se sitúan el continente africano, la India, el resto de Europa, América Latina y China, que reúnen al 63,1% de la población y sólo al 17,8% de la riqueza (41 billones). En situación intermedia el resto de Asia y del Pacífico (que incluye países muy dispares, como Japón, Filipinas o Vietnam), con tasas más equilibradas: 23,6% de la población mundial y 22,9% de la riqueza (53 billones) (Gráfico 2).
Los cinco países más ricos, en valores absolutos, son Estados Unidos, Japón, China, Francia y Alemania, que concentran el 60% de la riqueza mundial de los hogares. Sin embargo, la riqueza relativa (por persona) es mayor en Suiza, Australia, Noruega, Luxemburgo y Suecia, cuya población de 45 millones de habitantes dispone de un patrimonio medio de 303.000 dólares. La riqueza por persona de estos 5 países es mil setecientas veces mayor que la de los 5 países más pobres, todos africanos (Guinea-Bissau, Etiopía, Burundi, República Democrática del Congo y Malawi) cuyos 193 millones de habitantes sólo alcanzan 161 dólares de patrimonio medio.
La brecha de desigualdad se ha reducido en la última década
Hasta aquí tenemos una foto fija de la distribución de riqueza en la actualidad. Pero es importante conocer cuál es la dinámica que se ha registrado en los últimos años, que coinciden con el cambio de ciclo económico, a partir de la crisis de 2007-2008. En 2001 la riqueza media por persona en los 40 países más ricos del mundo experimentó una bajada del 8,4%, como consecuencia del pinchazo de la burbuja especulativa de las empresas “punto com”, para subir un 32,5% entre ese año y 2007, y caer de nuevo un 19,2% a raíz de la crisis económica de los últimos cinco años (línea azul del Gráfico 3).
En conjunto, el patrimonio medio por persona en el grupo de países más ricos ha experimentado un descenso del 2% entre 2000 y 2012 (-3.600 dólares en valor monetario constante, a precios de 2012). Sin embargo, existen diferencias regionales importantes dentro de este club de países ricos: en la Unión Europea se registró un incremento del 21% (+17.000$), y en América del Norte una disminución del 14% (-31.000$). El punto de partida era muy favorable a los hogares norteamericanos cuyo patrimonio medio en el año 2000 doblaba al de los europeos [2], una ventaja que se ha reducido a la mitad (+53%) en el año 2012.
España se sitúa en 2012 en el grupo de los países más ricos, ocupando el puesto 26 en el ranking de riqueza por persona (el décimo del mundo por la riqueza total de los hogares). Su evolución desde el año 2000 ha estado marcada por los dos ciclos económicos de la década, de expansión hasta 2007 y de recesión a partir de entonces. Después de una caída del 5,2% en 2001, más suave que la experimentada por el grupo de países ricos, experimentó un crecimiento extraordinario del 93,7% entre 2001 y 2007, para bajar un 43,2% entre 2007 y 2012. Fluctuaciones muy elevadas que han estado asociadas a la expansión y posterior pinchazo de las burbujas inmobiliaria y financiera [3], principales activos del patrimonio de los hogares. De esta manera, la riqueza por persona en España en 2012 es sólo un 4,4% más elevada que en el año 2000 (+3.800 euros), un saldo bastante inferior a la media de la Unión Europea (+21%) y con una tendencia a la baja más pronunciada en los últimos años. Por su parte, los 40 países más pobres y los 94 intermedios duplicaron su riqueza por persona entre 2000 y 2007 para reducirla en 2008 en una cuarta parte. A partir de entonces, los intermedios siguieron aumentado su riqueza y los más pobres la redujeron de nuevo en un 13%. En el caso de los 94 países intermedios, conviene destacar el peso determinante de China, pues su riqueza por persona creció un 138% entre 2000 y 2012, mientras el resto de países intermedios aumentó un 49,6
En definitiva, la brecha de desigualdad entre países sigue siendo inmensa, pero las diferencias se han reducido de forma significativa entre los 40 países más ricos y los países intermedios (en este caso por la incidencia de China y, en menor medida, la India), y de forma menos intensa con los 40 países más pobres, que han incrementado su patrimonio medio por persona en un 25% (de 700 a 872 $). Si la riqueza media de los 40 países más ricos en el año 2000 era 34 veces mayor que la de los países intermedios y 252 veces mayor que la de los 40 países más pobres, en 2012 esa ratio pasó a ser de 19 y 198, respectivamente. ¿Quiere decir esto que caminamos progresivamente hacia un mundo menos desigual en términos de riqueza monetaria? A la vista de la evolución que muestra el Gráfico 4 parece que pesa más la caída de riqueza de los países ricos, producto de la desvalorización de patrimonios basados en la especulación, que el avance de los países pobres. En todo caso, hay una cierta expansión en algunos espacios de la antigua “periferia”, basados en una extensión del modelo capitalista y de la acumulación a zonas que habían permanecido al margen de las inversiones globalizadas. Por otra parte, siguen faltando datos para mostrar la evolución del reparto de la riqueza entre las poblaciones de los distintos países. Con ellas nos veríamos obligados a matizar un diagnóstico demasiado optimista. Al menos, en el caso español sabemos que en España las diferencias de patrimonio entre el 25% de hogares más ricos y el 25% más pobre aumentaron de 39 a 50 veces entre 2005 y 2009 (ver indicador 10 del ámbito Renta y Patrimonio del Barómetro social) y que entre 2011 y 2013 se ha incrementado el número de “ultra ricos”, como comentábamos en un post anterior.
[1] Indicador Nº 1 del ámbito de Relaciones internacionales del Barómetro social de España. Se obtiene a partir de los datos de población y PIB en paridad de poder adquisitivo que publica anualmente el Banco Mundial para 173 países. En las próximas semanas se incluirá un nuevo indicador de distribución de la riqueza en el mundo basado en la nueva estadística que avanzamos aquí.
[2] En los cálculos se incluyen los 28 países que forman actualmente la Unión Europea.
[3] El precio del metro cuadrado de vivienda, en euros constantes, subió un 76% entre 2001 y 2007 y bajó un 24,8% entre 2007 y 2012; y el valor de las acciones aumentó un 96,4% en el primer período para bajar el 24,8% en el segundo. Ver indicadores 11 de Renta y 1 de Vivienda del Barómetro Social de España. La comparación entre las tendencias del PIB mundial, más moderada y regular, y la de la riqueza, con picos y caídas mucho más pronunciados (Gráfico 3) muestran la importancia del componente especulativo de buena parte de la riqueza, ligadas a las fluctuaciones de los valores monetarios, bursátiles e inmobiliarios.
Barometro Social de España