A nombre de su orden profesional, el decano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, Hever García Ramírez, expresó su preocupación por la falta de control técnico en diversas obras que se ejecutan con recursos públicos, mencionando puntualmente el caso de la Avenida Chiclayo, cuya unidad ejecutora y supervisión estuvo a cargo del Gobierno Regional de Lambayeque.
“Todo proyecto de inversión pública se sustenta en un expediente técnico que debe ser aprobado, revisado y evaluado, y en el proceso constructivo, sea a través licitación pública o selección de una empresa ejecutora,es imprescindible que el trabajo de la supervisión sea efectivo. Y es aquí donde yo hago el llamado de atención. La empresa que construye no puede continuar si la supervisión no lo permite, porque desde el primer momento se tienen que observar si los trabajos están bien ejecutados, no al final”, argumenta.
García Ramírez, quien ocupa por segunda vez el decanato del Colegio de Arquitectos, insiste en que la supervisora del proyecto de la Avenida Chiclayo debió estar pendiente que el Consorcio Gamma Norte, encargado de la ejecución de la obra con un presupuesto de 53 millones de soles, garantice buenas prácticas constructivas, que se respeten las normas de diseño estructural o de compactación para vías.
Observaciones tardías
“En este caso se realizaron las valorizaciones mensuales y al final, cuando ya se encontraban en el proceso de recepción de obras recién aparecieron las observaciones. Ya no era el momento. En mi opinión, la supervisión en Avenida Chiclayo fue deficiente”, indica García Ramírez.
Comenta que en tramos de la vía, que tiene seis kilómetros de extensión y toma carácter de vía de interconexión provincial, existen paños de concreto que necesitan ser cambiados en su totalidad y otros con rajaduras en los que la colocación de aditivos no sería suficiente.
“Existe una carta fianza de cinco millones de soles y la obra ha sido llevada a un arbitraje. Sin embargo, se estima que los cinco millones serán insuficientes para levantar las más de mil observaciones que tiene la Avenida Chiclayo. Si la supervisión hubiera actuado de manera oportuna, quizá otra sería la historia”, acota.
La supervisión de la Avenida Chiclayo estuvo a cargo del ingeniero LeonidasPinellaOdar, quien el año pasado extendió la constancia de término y conformidad de obra a favor del consorcio constructor dejando el camino expedito para que una de las empresas que lo conforman se presente a la licitación de la obra de la carretera Pomalca-Sipán-Pampa Grande, aun cuando las observaciones no se habían levantado.
Unidos por el saneamiento
Por otro lado, el decano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque destacó que las órdenes profesionales del departamento hayan respondido a la convocatoria del Colegio de Ingenieros para analizar juntos y buscar soluciones técnicas a los problemas del saneamiento básico de Chiclayo, iniciativa en la que también se ha logrado el concurso del Gobierno Regional.
“Tenemos que seguir en ese camino porque lamentablemente no hay credibilidad ni en EPSEL ni en la municipalidad provincial. Velar para que el saneamiento de Chiclayo sea el adecuado y las obras que se ejecuten en dicho aspecto sean correctas, es una función de la municipalidad, pero dados los antecedentes de la obra pésimamente ejecutada en el centro de la ciudad y en atención a los manejos poco claros de EPSEL, ya no hay credibilidad, más si se toma en cuenta lo que ha pasado con la licitación irregular de los emisores. Por esta razón los colegios profesionales pedimos que el Gobierno Regional asuma esta tarea y sea él quien ejecute las obras de saneamiento en Chiclayo”, asevera.
La respuesta del Gobierno Regional al pedido de los colegios profesionales es que asignará los recursos para los estudios de pre inversión de un plan maestro integral para el saneamiento de Chiclayo.
“Se necesita tener una visión holística de todo lo que es el saneamiento de la ciudad por componentes, es decir buscar la renovación de las lagunas de oxidación, de los emisores, de los colectores, de las redes domiciliarias y ampliar la capacidad de las lagunas de tratamiento de agua potable. Teniendo estudios de esta naturaleza será mucho más sencillo ejecutar los trabajos paso a paso y con un alto criterio técnico”, precisa García Ramírez.
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• El Colegio de Arquitectos fue la primera institución de la sociedad civil que el año pasado emitió un pronunciamiento público sobre la situación de Chiclayo y los trabajos de saneamiento en el casco urbano a cargo de la municipalidad.
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“Todo proyecto de inversión pública se sustenta en un expediente técnico que debe ser aprobado, revisado y evaluado, y en el proceso constructivo, sea a través licitación pública o selección de una empresa ejecutora,es imprescindible que el trabajo de la supervisión sea efectivo. Y es aquí donde yo hago el llamado de atención. La empresa que construye no puede continuar si la supervisión no lo permite, porque desde el primer momento se tienen que observar si los trabajos están bien ejecutados, no al final”, argumenta.
García Ramírez, quien ocupa por segunda vez el decanato del Colegio de Arquitectos, insiste en que la supervisora del proyecto de la Avenida Chiclayo debió estar pendiente que el Consorcio Gamma Norte, encargado de la ejecución de la obra con un presupuesto de 53 millones de soles, garantice buenas prácticas constructivas, que se respeten las normas de diseño estructural o de compactación para vías.
Observaciones tardías
“En este caso se realizaron las valorizaciones mensuales y al final, cuando ya se encontraban en el proceso de recepción de obras recién aparecieron las observaciones. Ya no era el momento. En mi opinión, la supervisión en Avenida Chiclayo fue deficiente”, indica García Ramírez.
Comenta que en tramos de la vía, que tiene seis kilómetros de extensión y toma carácter de vía de interconexión provincial, existen paños de concreto que necesitan ser cambiados en su totalidad y otros con rajaduras en los que la colocación de aditivos no sería suficiente.
“Existe una carta fianza de cinco millones de soles y la obra ha sido llevada a un arbitraje. Sin embargo, se estima que los cinco millones serán insuficientes para levantar las más de mil observaciones que tiene la Avenida Chiclayo. Si la supervisión hubiera actuado de manera oportuna, quizá otra sería la historia”, acota.
La supervisión de la Avenida Chiclayo estuvo a cargo del ingeniero LeonidasPinellaOdar, quien el año pasado extendió la constancia de término y conformidad de obra a favor del consorcio constructor dejando el camino expedito para que una de las empresas que lo conforman se presente a la licitación de la obra de la carretera Pomalca-Sipán-Pampa Grande, aun cuando las observaciones no se habían levantado.
Unidos por el saneamiento
Por otro lado, el decano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque destacó que las órdenes profesionales del departamento hayan respondido a la convocatoria del Colegio de Ingenieros para analizar juntos y buscar soluciones técnicas a los problemas del saneamiento básico de Chiclayo, iniciativa en la que también se ha logrado el concurso del Gobierno Regional.
“Tenemos que seguir en ese camino porque lamentablemente no hay credibilidad ni en EPSEL ni en la municipalidad provincial. Velar para que el saneamiento de Chiclayo sea el adecuado y las obras que se ejecuten en dicho aspecto sean correctas, es una función de la municipalidad, pero dados los antecedentes de la obra pésimamente ejecutada en el centro de la ciudad y en atención a los manejos poco claros de EPSEL, ya no hay credibilidad, más si se toma en cuenta lo que ha pasado con la licitación irregular de los emisores. Por esta razón los colegios profesionales pedimos que el Gobierno Regional asuma esta tarea y sea él quien ejecute las obras de saneamiento en Chiclayo”, asevera.
La respuesta del Gobierno Regional al pedido de los colegios profesionales es que asignará los recursos para los estudios de pre inversión de un plan maestro integral para el saneamiento de Chiclayo.
“Se necesita tener una visión holística de todo lo que es el saneamiento de la ciudad por componentes, es decir buscar la renovación de las lagunas de oxidación, de los emisores, de los colectores, de las redes domiciliarias y ampliar la capacidad de las lagunas de tratamiento de agua potable. Teniendo estudios de esta naturaleza será mucho más sencillo ejecutar los trabajos paso a paso y con un alto criterio técnico”, precisa García Ramírez.
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