El pasado día 5, durante su visita oficial en Tailandia, el presidente Ollanta Humala manifestó tener “la intención de crear un nuevo ministerio de ciencia y tecnología”, como “una ambición no secreta” por decirlo antes de finalizar su gobierno. Una extraña reacción del presidente porque a pesar de que la creación de dicho ministerio estaba considerada en su Plan de Gobierno, esta fue desechada al poco tiempo de iniciar su período gubernamental.
Según su Plan de Gobierno 2011-2016, la ciencia, tecnología e innovación es considerada como eje estratégico del nuevo modelo de desarrollo, asegurando la creación de un ministerio con competencias en ciencia, tecnología e innovación que proponga y ejecute políticas públicas en este ámbito (artículo 4.6.6), pero en abril 2012 el ministro de Economía, Luis Castilla, se opuso rotundamente a su creación, porque, según dijo, “no hay dinero para eso”, dos meses después, el Consejo de Ministros oficializó tal determinación.
Sin embargo, la creación de un ministerio de ciencia y tecnología no garantiza el desarrollo de este sector, muy desatendido por los últimos gobiernos y por el actual. Desde 2004 recibe insignificantes recursos (0.15% del PBI, el más bajo de la región), además la investigación no interesa a las universidades, empresas ni industrias, convirtiéndonos en simples usuarios de la tecnología importada, lo cual no permite promover la innovación y competitividad ni mejorar nuestra productividad con valor agregado para avanzar hacia el desarrollo.
Bajo este panorama, el gobierno incumple la Constitución, ya que ésta demanda la promoción del desarrollo científico y tecnológico en el país (artículo 14), motivo por el cual presentamos bajísimos índices de generación de ciencia y tecnología y de capacidad de investigación e innovación.
Independientemente a la creación o no de un ministerio de ciencia y tecnología, es obligación mínima del gobierno:
1) Invertir adecuadamente en ciencia y tecnología para obtener capacidad competitiva e innovadora;
2) Mejorar la calidad educativa en matemáticas y ciencia como eje fundamental de nuestro desarrollo;
3) Propiciar con políticas claras la investigación en universidades, centros de estudios, colegios, empresas e industrias;
4) Incentivar la inversión en capital humano;
5) Promover la creación de centros de investigación y parques científicos;
6) Impulsar la tecnología de información y comunicaciones;
7) Desarrollar nuestra economía basada en el conocimiento; y
8) Evitar la fuga e incentivar el retorno de nuestros talentos.
Planteamientos
Según su Plan de Gobierno 2011-2016, la ciencia, tecnología e innovación es considerada como eje estratégico del nuevo modelo de desarrollo, asegurando la creación de un ministerio con competencias en ciencia, tecnología e innovación que proponga y ejecute políticas públicas en este ámbito (artículo 4.6.6), pero en abril 2012 el ministro de Economía, Luis Castilla, se opuso rotundamente a su creación, porque, según dijo, “no hay dinero para eso”, dos meses después, el Consejo de Ministros oficializó tal determinación.
Sin embargo, la creación de un ministerio de ciencia y tecnología no garantiza el desarrollo de este sector, muy desatendido por los últimos gobiernos y por el actual. Desde 2004 recibe insignificantes recursos (0.15% del PBI, el más bajo de la región), además la investigación no interesa a las universidades, empresas ni industrias, convirtiéndonos en simples usuarios de la tecnología importada, lo cual no permite promover la innovación y competitividad ni mejorar nuestra productividad con valor agregado para avanzar hacia el desarrollo.
Bajo este panorama, el gobierno incumple la Constitución, ya que ésta demanda la promoción del desarrollo científico y tecnológico en el país (artículo 14), motivo por el cual presentamos bajísimos índices de generación de ciencia y tecnología y de capacidad de investigación e innovación.
Independientemente a la creación o no de un ministerio de ciencia y tecnología, es obligación mínima del gobierno:
1) Invertir adecuadamente en ciencia y tecnología para obtener capacidad competitiva e innovadora;
2) Mejorar la calidad educativa en matemáticas y ciencia como eje fundamental de nuestro desarrollo;
3) Propiciar con políticas claras la investigación en universidades, centros de estudios, colegios, empresas e industrias;
4) Incentivar la inversión en capital humano;
5) Promover la creación de centros de investigación y parques científicos;
6) Impulsar la tecnología de información y comunicaciones;
7) Desarrollar nuestra economía basada en el conocimiento; y
8) Evitar la fuga e incentivar el retorno de nuestros talentos.
Planteamientos