Edgar Bracamonte, arqueólogo responsable del proyecto, dijo que en las tumbas había conjuntos de mates, ofrendas de cerámica con iconografía ritual de un personaje de élite y una botella con iconografía de una sacerdotisa. Además, se evidenció objetos de cobre como pinzas y depiladores. “Son objetos de uso personal de cobre.” Informó estas cuatro tumbas forman parte de un total de 23 descubiertas, de las cuales 14 fueron halladas completas y nueve disturbadas al momento del enterramiento. El especialista agregó que más de la mitad pertenece a jóvenes y niños. “Parece que las tumbas de niños estarían relacionándose con eventos de lluvias y probablemente tengan relación con la muerte de los menores”, indicó.
Además, sostuvo que se habrían traído tumbas de otros sitios para volver a ser enterradas en esta zona, al parecer, porque se rendía culto a los ancestros, explicó. Recordó que desde fines de noviembre del año pasado empezaron los trabajos de mantenimiento y protección del yacimiento arqueológico para luego ejecutar los trabajos de excavación arqueológica con fines de exploración.
Bracamonte señaló que el conjunto de ocupaciones prehispánicas de Huaca Santa Rosa resume toda la prehistoria con cerámica de esta parte del valle. “Se ha encontrado como ocupación más antigua la cultura Cupisnique de 1,500 años antes de Cristo, que nos estaría indicando que el sitio tiene una larga historia cultural”, subrayó.
Indicó que todas las ocupaciones tuvieron una importancia significativa por la presencia de elementos religiosos empleados en la práctica de rituales. De la cultura Cupisnique se identificó fragmentos de cerámica destruida por los huaqueros, además se recuperó restos de arquitectura monumental. “Los adobes recuperados son muy similares a los hallados en el templo de Collud de adobes cilíndricos”, sostuvo al referir que a 15 metros de profundidad existen ocupaciones prehispánicas en las que no descartan algo más antiguo.
También se halló fragmentos de cerámica salinar, que completarían una cultura que no ha podido ser identificada en el valle de Lambayeque, así como evidencias de la cultura Mochica temprana con arquitectura monumental en la pirámide sur. Se observó, además, restos de Mochica medio con áreas de ocupación, al parecer, para ceremonias rituales por las ofrendas de cerámica.
Agregó que luego continúa la ocupación del Horizonte Medio con una arquitectura muy particular que correspondería a un templo relacionado con la influencia cajamarquina y abundante material de cerámica de la cultuta Wari. “Esto nos ha llamado la atención porque es un wari sincretizado con moche, pero también un wari clásico que viene de la zona sur”, comentó.
Igualmente se identificó ocupaciones chimú con arquitectura y textiles decorados, así como ofrendas de madera como seis vasos tipo kero y arquitectura incaica, incluso unos fragmentos de cerámica colonial. “Se han encontrado alrededor de seis culturas identificadas con toda su secuencia ocupacional en este complejo arqueológico”, precisó. Destacó que las ofrendas de camélidos (cráneos y extremidades) implicaría que la gente enterrada allí tuvo poder adquisitivo, capacidad no disponible para toda la sociedad. “Los camélidos no estaban disponibles para todos sino para la élite.” El complejo es un centro ceremonial en el que las tumbas se colocan como parte de los rituales para poder ganar prestigio dentro de la sociedad, que lo convertiría en un cementerio particular, no exclusivo, concluyó.
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