El 19 de junio pasado, una barcaza que prestaba servicios a la empresa Pluspetrol sufrió un accidente, liberándose 400 barriles de petróleo en un tramo del río Marañón, aledaño a la comunidad nativa de Saramuro. Como si esta situación no fuera suficiente, seis días después, miles de metros cúbicos de relave minero perteneciente a la minera Caudalosa cayeron al río Opamayo, sorprendiendo a los pobladores del distrito de Huachocolpa, en Huancavelica. En ambos casos, preocupa no solo la grave contaminación de los ríos, sino también la forma irresponsable cómo se viene afectando la vida de miles de peruanos. ¿Por qué las historias se repiten? ¿Se pudo evitar estos desastres?
Empresas con oscuros historiales
Según el Osinergmin, la empresa Pluspetrol, entre los años 2008, 2009 y 2010, fue acusada reiteradas veces por causar accidentes, contaminación, negarse a entregar información y no levantar un conjunto de observaciones dadas por la unidad fiscalizadora. Pero solo en algunos casos se comprobó su responsabilidad y fue sancionada con el pago de multas. Sin embargo, la Federación de Comunidades Nativas del Río Corrientes (FECONACO) ha señalado que no todos los accidentes causados por Pluspetrol suelen reportados al Osinergmin.
En el caso de la minera Caudalosa, un informe de IDL-Reporteros señala que, antes de que colapsara el depósito de relave minero de Caudalosa, esta compañía ya había sido notificada hasta en 14 oportunidades, entre 2007 y 2010, por la contaminación de ríos y la ampliación de esa misma relavera, sin el permiso correspondiente. Pese a las infracciones detectadas, nunca se logró imponer ninguna sanción.
Practicar la responsabilidad social
¿Por qué no se pone en práctica el concepto de responsabilidad social tan empleada por los gremios empresariales en el país? Para el Instituto Ethos de Brasil, la responsabilidad social es una forma de gestión ética y transparente entre la empresa y todas las partes interesadas, preservando los recursos ambientales, culturales y respetando la diversidad. Es decir, no se limitaría solo a convencer a los pobladores sobre los beneficios de un proyecto o pagarles una indemnización por el daño ocasionado, como parecen considerar la mayoría de empresas extractivas en el país.
Actualmente, la situación para ambas empresas se complica. En el caso de Pluspetrol, porque un reciente estudio reveló que el agua del río Marañón aún presenta un alto contenido de aceites y grasas sobrepasando en más de 100 veces los estándares nacionales de calidad ambiental, lo que viene afectando a más de 4000 nativos de la zona. En el caso de Caudalosa, sus actividades han sido suspendidas, porque los sedimentos de los relaves han llegando hasta el río Cachi, en Huanta-Ayacucho, recorriendo más de 110 Km. de distancia. En este caso, aún no se conoce cuánta población será realmente afectada.
Finalmente, lo que el gobierno debería hacer para que estas historias no se repitan es, al conocer los historiales de empresas extractivas que incumplen los estándares ambientales, suspender definitivamente sus actividades, lo cual sería una lección para las otras empresas a futuro, ¿se atreverá el gobierno?
Otra Mirada
julio 15, 2010
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