El Concejo Municipal de la provincia está conformado por 15 representantes. Nueve de ellos pertenecen al oficialismo del alcalde Roberto Torres y de los seis restantes, que según se entiende deberían formar en conjunto el bloque de oposición, sólo tres han sabido honrar hasta el momento lo encomendado por la población en la elección municipal de octubre pasado: Fiscalizar y Normar.
A la luz de los hechos, la segunda gestión edil del burgomaestre chiclayano pareciera estar cargada de sorpresas, que al ser descubiertas revelan una serie de acontecimientos y maniobras cuyo impacto directo se ve en los problemas que siguen aquejando a la ciudad, los mismos que van desde el desorden público hasta la desorganización municipal.
Precisamente para denunciar y corregir esos males nuestra comuna cuenta con 15 regidores, quienes de acuerdo a Ley están en la obligación de fiscalizar el trabajo edil, velar por la transparencia de los actos municipales y coadyuvar con la presentación de proyectos e iniciativas a la normalización y orden de la ciudad. ¿Cuánto de ello se hace?, francamente muy poco.
TRIPLE EVALUACIÓN
Manuel Cabrejos Tarrillo de Fuerza Social Progresista y Guillermo Segura Díaz, y Edwin Vásquez Sánchez de Alianza Para el Progreso, son hasta el momento los tres concejales cuyo trabajo ha permitido conocer diversas irregularidades sucedidas en la primera administración de Roberto Torres y los cinco primeros meses de este su segundo mandato, ganándose rápidamente no sólo la consideración de los vecinos, sino también el rechazo e indiferencia de la autoridad municipal.
Expresión solicitó a los tres concejales evaluar la gestión del alcalde Torres desde enero a mayo de este año, a lo que cada uno de ellos coincidió en que el burgomaestre aún no asume un rol protagónico y de liderazgo en la comuna, tara en que su período anterior le generó más de una situación incómoda.
“Considero que no asume el protagonismo para solucionar los grandes problemas que afronta nuestra ciudad, considero además, que tan igual como en la primera gestión, ésta está plagada de hechos irregulares que requieren de una seria investigación por parte de los órganos de control como del Ministerio Público. Independientemente de otras políticas de gestión, no se cuenta con una política de lucha contra la corrupción en la comuna de Chiclayo”, señala Manuel Cabrejos. Para Guillermo Segura, la gestión municipal carece de brújula, razón que explicaría los diversos errores presentados en la administración de los recursos de la ciudad. “Estos primeros meses del segundo gobierno del señor Torres han estado caracterizados por el desgobierno y la falta de un plan o de una hoja de ruta que direccione la gestión municipal hacia el logro de objetivos que beneficien a la comunidad. Una organización abiertamente delincuencial detrás de la alcaldía define qué debe hacerse y qué no por parte del resto de funcionarios, quienes crean un TUPA(gas) y nosotros aprobamos lo que tú quieras”, afirma.
En tanto, Edwin Vásquez sostiene que Torres Gonzales se ha encargado de acabar con las esperanzas de la población, al proponer en un inicio un trabajo concertado y de apertura, y hacer todo lo contrario en lo que va de su segundo mandato.
“Me preguntan cómo evalúo los cinco primeros meses y sin temor a equivocarme puede decir que con bastantes deficiencias. Su discurso de juramentación me hacia imaginar que llamaba a la concertación y al diálogo, y eso era esperanzador, pero han transcurrido ya cinco meses y el discurso a quedado sólo en el papel. El alcalde ha hecho oídos sordos a todos los cuestionamientos de su concejo, incluso a las críticas de sus propios regidores, sobre todo cuando se han tratado actos vinculados a la corrupción. Éste es un gobierno de anarquía edil”, asevera el concejal.
DEFICIENCIAS MUNICIPALES
A decir de Cabrejos Tarrillo, quien tiene experiencia municipal debido a que ha ocupado hasta en dos oportunidades el cargo de regidor, una de las principales deficiencias de la gestión edil es la falta de disposición por ordenar la ciudad.
“Existe desinterés en llevar adelante el reordenamiento del tránsito y transporte, el reordenamiento del comercio informal y poco profesionalismo en la labor de seguridad ciudadana. Tampoco se observa un adecuado desarrollo urbanístico, existe una carencia en la prestación de los servicios de parques y jardines, de limpieza pública y el adecuado tratamiento de los residuos. Además, hay poco interés en la labor de educación y cultura, y peor aún, no se aprecia que la función administrativa haya mejorado en la atención a los usuarios”, detalla.
Segura Díaz refiere por su parte que no hay un equipo técnico que asesore al alcalde y a sus regidores, y que garantice el funcionamiento eficiente y eficaz del aparato burocrático municipal. “Los sistemas de control no funcionan, manteniendo un silencio cómplice frente a un cúmulo de irregularidades que diariamente se cometen en casi todas las áreas de la municipalidad. Las áreas más cuestionadas son Transportes, Urbanismo, Comercio – Mercados, Seguridad Ciudad e indudablemente el SATCH”, comenta.
Por su parte, Edwin Vásquez señala que la comuna presenta esencialmente tres problemas, la corrupción que ha “crecido mucho en la gestión de Roberto Torres, donde se ve al alcalde rodeado de personajes blindados y nada técnicos que lo único que buscan, al parecer, es el beneficio personalizado y generar el caos e inestabilidad en la municipalidad”; la falta de profesionales idóneos y técnicos con experiencia, debido a que “los cargos de confianza se están designando por favores políticos y/o personales, no tomando en cuenta si las personas designadas reúnen las características profesionales mínimas, cuentan con experiencia y sobre todo si son honorables”.
“Las obras mal ejecutadas constituyen para mí el tercer gran problema de la comuna. Existen denuncias sobre este tema e inclusive la Fiscalía está interviniendo, sobre todo en las obras de pavimentación donde los ciudadanos se quejan que las pistas al poco tiempo sufren deficiencias, como hundimientos y rajaduras. Frente a ello la municipalidad tiene que refaccionar lo que debió estar bien hecho desde el principio, originándose perjuicios económicos y gastos no presupuestados”, indica.
FISCALIZACIÓN EFICIENTE
Manuel Cabrejos numera algunas de las denuncias que ha podido presentar hasta el momento por los indicios de irregularidades que se presentan en la municipalidad, citando por ejemplo, el escándalo del fraccionamiento y falta de procesos de selección para la compra de combustibles; la aparente sobrevaloración en la adquisición de las Video Cámaras para la Seguridad Ciudadana; la aparente construcción indebida de los Hipermercados METRO de Balta y Santa Elena, por ubicarse junto a grifos de combustibles; el fraccionamiento y falta de procesos de selección para compra de llantas para los vehículos municipales; los pagos excesivos en los Servicios de Fotocopiados; el fraccionamiento y falta de procesos de selección para compra de repuestos y lubricantes para los vehículos y maquinaria municipal; así como el incremento irregular de los arbitrios, los mismos que están pendientes de una explicación y la corrección respectiva por parte del SATCH.
“También hemos denunciado diversas irregularidades de los funcionarios de confianza del alcalde, como por ejemplo, el pago de devengados a trabajadores privilegiados; el pago de bonificación por Escolaridad irregular a un funcionario; el incremento del personal contratado; la falta de profesionalismo en la administración de los Recursos Humanos, y la falta de atención a la labor de la Oficina Municipal de Atención a las Personas con Discapacidad – OMAPED”, detalla Cabrejos Tarrillo.
Del mismo, Guillermo Segura, quien fue regidor de la comuna provincial en la década del 80, comenta que entre sus denuncias presentadas en los primeros meses de esta gestión municipal figuran los cobros indebidos, corrupción de funcionarios y expedición de documentos en forma irregular en el sector transportes, precisando que para que esto se perpetre “se crearon normas y formaron organizaciones intermediarias para la corrupción, con participación de malos dirigentes transportistas”.
Señala también que ha denunciado en la Gerencia de Urbanismo la creación de normas que justifican la actuación arbitraria de malos funcionarios en la imposición de sanciones, sin ningún criterio legal ni técnico y menos con equidad y justicia. “Con estas normas se encubren los reales objetivos de la administración municipal, que no son otros que negociar licencias y cobrar coimas, como en el caso del ‘panel de la vergüenza’ que durante tres días se venía instalando en el Parque de Las Musas, sin licencia y a vista y paciencia de los funcionarios de Urbanismo, quienes demoraron 48 horas para decidir multar y derribar el armazón de fierro”, expone.
Vásquez Sánchez señala como parte de su trabajo fiscalizador a la oposición firme que se mantuvo frente a la permanencia de Misael Delgado Mendoza como Gerente General de la municipalidad, quien fue censurado por 12 regidores del concejo, 10 de los cuales solicitaron formalmente su destitución al no percibir resultados eficientes de su trabajo y por la presunta vinculación que éste mantuvo con actos de corrupción.
“He podido colaborar con las denuncias hechas por mis otros compañeros de oposición, como por ejemplo, en el caso de las compras fraccionadas tanto de combustible como de liquido asfaltico. En estos meses también nos opusimos a la designación de Percy Quesquén Díaz como representante de la municipalidad ante el directorio de EPSEL, teniendo en consideración que éste no cuenta con la experiencia suficiente para estar al frente de la entidad de saneamiento. Otras de las cosas que venimos defendiendo como regidores el proyecto presentado por los comerciantes del Mercado Modelo para la construcción de un nuevo centro de abastos, iniciativa ante la cual el alcalde ha mostrado total indiferencia a pesar que la construcción de un nuevo mercado para Chiclayo es urgente”, indica Edwin Vásquez.
¿OFICIALISMO CÓMPLICE?
Los tres regidores también dan su opinión sobre la bancada oficialista de Manos Limpias en el seno del concejo edil, precisando que a ésta le falta identificarse con las demandas de la ciudadanía, que espera mayor orden y transparencia en el manejo municipal.
“Me parece que la labor de varios de los regidores que apoyan al alcalde no coincide con lo que espera la población. Sería importante que los medios de comunicación y la propia colectividad realicen todas las evaluaciones que sean necesarias para juzgar a sus representantes, por lo menos, quien habla no tiene ningún problema para someterse a las evaluaciones que los vecinos de Chiclayo consideren convenientes”, señala Manuel Cabrejos.
Asimismo, Guillermo Segura manifiesta que en la bancada oficialista existe “una conducta zigzagueante, pues muchos de ellos en las primeras sesiones actuaron en forma obsecuente al lado de su alcalde, al extremo de, sin argumento alguno, boicotear las sesiones donde podíamos haber logrado cambios importantes en la administración y ejecución de obras. Sin embargo, algunos de ellos, en las últimas sesiones, han mejorado su comportamiento acorde con su nivel social y profesional, asumiendo compromisos a favor de la comunidad”.
Finalmente, Edwin Vásquez, quien fue regidor entre el 2003 y el 2006, señala que una de sus falencias de Roberto Torres es no contar con un equipo compacto y leal de regidores. “Eso se da debido a que existe una gestión bastante cuestionable y criticable y algunos buenos regidores prefieren dar un paso al costado con tal de no ser cómplices y participes de un gobierno desastroso. El trabajo de los regidores es evaluado por el pueblo, cada uno es consciente de lo que hace y responsable de sus propios actos. Lo que sí es criticable es la postura de ciertos concejales que creen que las sesiones de concejo son para liberar sus emociones, gritar, faltar el respeto, no dejar hablar o hacer mofas. Ello genera sencillamente una pésima imagen del Concejo Municipal”, enfatiza.
Semanario Expresión
junio 14, 2011
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