Los proyectos de electrificación rural tienen como objetivo reducir las brechas de oportunidades de las poblaciones más alejadas. Hacen posible la diversificación de sus actividades económicas, tanto productivas como comerciales, y permiten que servicios públicos como educación, salud, comunicación, entre otros, mejoren en su calidad y cobertura1. La multiplicación de este tipo de proyectos contribuye, sin duda, a mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales.
Sin embargo, debido a las características sociales y económicas de estas poblaciones y a su dispersión territorial, estos proyectos no atraen a la inversión privada, por lo que compete al Estado jugar un papel crucial en su desarrollo.
Según la Encuesta Nacional de Hogares de 2009, el 84% de los hogares peruanos tuvo acceso a la energía eléctrica2. Como puede esperarse, existen diferencias según el ámbito: mientras el 97% de los hogares urbanos tiene electricidad, solo el 56% de los hogares rurales cuenta con este servicio.
El gráfico 1 muestra el coeficiente de electrificación rural (porcentaje de hogares rurales con acceso a electricidad) por departamentos para 2009. La mayoría de los que no llegan a alcanzar la media nacional de electrificación rural (56%), se encuentran en la región selva: Loreto (24%), Ucayali (27%). Por otra parte, los departamentos con mayor grado de electrificación están en la costa: Lima, Áncash y Tacna, con 82%, 79% y 78%, respectivamente.
La evidencia demuestra que hay un grado de asociación entre pobreza y electrificación rural. El gráfico 2 presenta a los 10 departamentos más pobres en 2009, de los cuales solo 7 mostraron mejoras en el acceso a la energía eléctrica para el periodo 2007-2009; así, Puno pasó del 50% en 2007 al 66% en 2009. En cambio, hubo retrocesos en Huancavelica, Pasco y Loreto en 2009, respecto a 2008. El caso de Huancavelica es paradójico, pues es el principal departamento generador de energía eléctrica y abastece más del tercio del consumo nacional.
El Plan Nacional de Electrificación Rural 2009-2018, elaborado por la Dirección General de Electrificación Rural del Ministerio de Energía y Minas, ha fijado como meta que, para el final de ese periodo, 85 de cada 100 hogares rurales cuenten con acceso a este servicio.
La electrificación es indispensable para el desarrollo rural. La expansión de estos proyectos es necesaria, y deben complementarse —mediante el sistema eléctrico interconectado nacional— pequeñas centrales hidroeléctricas, paneles solares, aerogeneradores y otras
fuentes no convencionales y sostenibles, si se pretende un desarrollo descentralizado, diversificado y sin poblaciones ni territorios marginados.
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1 Por el lado de la educación, acceso a los TIC (tecnologías de la
información y comunicación); salud, refrigeración de medicinas.
2 Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO). INEI 2009.
La Revista Agraria
diciembre 03, 2010
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