septiembre 24, 2009

El presupuesto 2010 es un grave retroceso centralista

Se ha creado un amplio consenso sobre el retroceso centralista que expresa el proyecto de presupuesto 2010 presentado por el MEF al Congreso. Estamos ante la decisión política de asumir un mayor control de los recursos públicos, en un escenario de crisis global. Las cifras que la ANGR ha señalado, al igual que diferentes instituciones y sectores académicos, políticos y sociales, entre ellos nosotros, son contundentes y hacen incomprensibles los argumentos del MEF para refutar este hecho.

Veamos algunos montos. El gobierno nacional ha incrementado sus recursos a 59.000 millones de soles en el presupuesto 2010, mientras que en 2009 tenía asignados 47.000 millones de soles, con lo cual controla el 72% del presupuesto. Mientras tanto, los gobiernos regionales bajan su participación al 16% y las municipalidades al 12%. El gobierno también retoma el control sobre los gastos de capital: de 7.000 millones de soles en 2009 da un salto con garrocha y su punto de partida para el 2010 es de 10.500 millones de soles. Con ello manejará el 61% de los recursos de capital, en tanto que este año controlaba el 44%.

Sin embargo, no es sólo un problema de montos, ya que el MEF ha impuesto un sistema de gestión del gasto que le permite intervenir en las decisiones de los gobiernos regionales y locales. Mediante las obligatorias autorizaciones mensuales, funcionarios de segundo nivel del ministerio imponen su criterio, por encima de quienes han sido elegidos por la gente para gobernar los departamentos, provincias y distritos del país.

Lo absurdo de esta decisión es que el gobierno nacional es ineficiente para ejecutar los recursos de inversión. Basta mirar la evolución de las cifras para demostrar sin mayor problema esta afirmación. Según el informe anual de la Secretaria de Descentralización de la PCM, entre los años 2003 y 2008 el crecimiento del gasto en inversiones del gobierno nacional se incrementó en 20%, mientras que el de los gobiernos regionales en 465% y el de los gobiernos locales en 440%. En el año 2006, los gobiernos locales ejecutaron 70% de su presupuesto para inversiones, mientras que el gobierno nacional sólo 65%. En 2008, con el doble de presupuesto que el gobierno nacional, los gobiernos locales gastaron 55% y el nacional 53% de sus presupuestos de inversiones.

La relevancia de las municipalidades en un contexto de crisis es que las pequeñas inversiones pueden tener un alto impacto en la protección de los sectores sociales más pobres y por ello más vulnerables. Asimismo pueden promover la actividad productiva departamental y local, en particular en los espacios rurales. Su importancia económica es significativa en un amplio número de distritos y provincias del país, en especial en aquéllos donde se concentra la mayor pobreza. Los criterios más avanzados para la gestión pública señalan que las municipalidades son las instancias de gobierno más adecuadas para manejar este tipo de inversiones, y no una maquinaria burocrática centralista y demostradamente ineficiente. A pesar de ello, el MEF camina en sentido contrario en el presupuesto 2010: las municipalidades pasan de 6.500 millones de soles en 2009 a menos de 4.000 millones de soles para el año 2010, mientras que el gobierno nacional incrementa su presupuesto de 7.000 millones de soles a más de 10.000 millones de soles.
Desde un enfoque redistributivo del presupuesto, es fundamental incrementar la pequeña y mediana inversión en los departamentos y localidades de mayor vulnerabilidad y pobreza. Junto a ello se requiere ampliar los fondos destinados a programas sectoriales que se orientan a modificar las condiciones productivas y sociales de la población. En esto tienen un rol estratégico los gobiernos regionales y su necesaria articulación con los gobiernos locales.

Tenemos un Estado con problemas muy serios de gestión, pero la salida no puede ser retroceder hacia el fracasado centralismo, sobre todo cuando las cifras demuestran que los gobiernos subnacionales han incrementado su capacidad de inversión desde que se inició el proceso de descentralización. Se requiere una propuesta de cambio para mejorar su capacidad de planeamiento, de proyección de escenarios, de definición de políticas y programas, así como de formulación de proyectos. Lamentablemente, ya poco o nada se puede esperar de este gobierno, pero por lo menos se debe trabajar para evitar que afecte aún más las posibilidades de avanzar hacia la descentralización política y económica.

Estamos en pleno debate sobre el presupuesto público, por ello está en agenda una decisión relevante para el proceso de descentralización y para la orientación de la acción del Estado frente a la crisis. Desde la caída del gobierno hipercentralista, autoritario y corrupto de la década de 1990, han surgido tendencias en la perspectiva de impulsar el desarrollo de los diversos territorios de nuestro país. Es un buen momento para dar forma a una amplia plataforma de acción entre quienes consideramos que la reforma descentralista es fundamental en esta perspectiva.

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